Este video muestra lo que le pasa a los disidentes en sus centros de trabajo y como el régimen infiltra a sus agentes en las organizaciones opositoras para crear un ambiente de desconfianza
Algunas personas, sobre todo los que se ocupan del tema de Cuba en el exterior, piensan que los disidentes no trabajan porque no quieren, pero tanto los que se oponen al sistema como sus familiares tienen la represión de la policía política, si se atreven a trabajar.
Así le ocurre a Alberto Pedro Freire Leyva, de 57 años de edad, esposo de Rosa Escalona Gómez, miembro de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios y ambos vecinos de Peralejo No. 200, entre Carretera Central y Pedro Lantigua, en la ciudad de Holguín.
Por segunda vez la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT) le hace llegar a través de un mensajero de esa institución papeles anunciándole el decomiso de sus bienes, vinculados con su actividad de trabajador por cuenta propia. En este caso particular avisado para dentro de 15 días.
Alberto explica que él tiene todos sus documentos en orden y paga sus impuestos. Él posee un camión y su licencia de transportista de pasajeros con el No. 0763. Paga por la licencia 575.00 pesos moneda nacional, más el 10% de los ingresos y 87.50 de seguridad social.
La Seguridad del Estado usa esto como una forma de chantaje contra las personas que pertenecen a alguna organización disidente. Es un modo de conminarlo a dejar la oposición y de mantenerlos en ascuas con respecto a lo que va a suceder.