Grecia ha vuelto a colocar a la Unión Europea en una situación económica muy delicada, lo que ha llevado a que el ejecutivo griego se encuentre aislado de su entorno europeo. Cuenta, sin embargo, con algunos aliados extra regionales como la Rusia de Vladimir Putin o los países latinoamericanos adscritos al “socialismo del siglo XXI”.
Esta cercanía se asienta en varios pilares: un discurso similar, unos vínculos ideológicos parecidos y un posicionamiento internacional con llamativos paralelismos. De hecho, el gobierno de Alexis Tsipras, en su pugna con la UE, saca a relucir argumentos similares a los que utilizaron en su día los Kirchner cuando renegociaron la deuda o dejaron de pagar a los fondos buitre.
“El referéndum no va a dividir al pueblo. Si el pueblo quiere un primer ministro humillado, ese no soy yo”. Estas palabras de Tsipras, de esta misma semana, recuerdan a las de Cristina Kirchner en 2014.
Entonces la dirigente argentina señalaba que “lo que no vamos a honrar jamás es la usura internacional y la estafa internacional. Eso no se honra, eso lo prohíbe Dios, lo prohíbe la Torá (libro sagrado judío), lo prohíbe el Corán (libro sagrado musulmán) y todos aquellos que creen que no se puede explotar al ser humano para honrar a un puñado que se apoderó de fondos por muy poco dinero y hoy pretenden cifras millonarias”.
ASÍ HA SIDO EL RESPALDO BOLIVARIANO A TSIPRAS
El gobierno de Tsipras mantiene una afinidad ideológica con regímenes como el de Nicolás Maduro, Evo Morales o Rafael Correa que recibieron con los brazos abiertos la elección del líder de Syriza el pasado mes de enero. Vieron en ese hecho un eco de lo que acontecía en sus respectivos países.
Cuando durante la campaña electoral se acusaba a Alexis Tsipras de querer convertir a Grecia en una nueva Argentina, el ahora primer ministro aseguraba, de forma tajante: “¡Ojalá nos hubiéramos convertido en la Argentina! Ellos pasaron por enormes dificultades y los argentinos fueron capaces de soportarlas con dignidad”.
Muy significativo en ese sentido y en esa misma línea fue la felicitación que le mandó Cristina Kirchner a Tsipras cuando ganó las elecciones.
Un mensaje en el que quedaba explícita no solo la cercanía ideológica sino también el rechazo a cierta clase de políticas económicas, tanto por parte griega como por la argentina.
“A la vez que constituye -agregó- la esperanza para los demás pueblos de Europa y demuestra que existen, respecto de las doctrinas de ajuste, permanentes alternativas viables tendientes a garantizar el crecimiento del desarrollo de las naciones en base a la inclusión social… representa una oportunidad histórica para fortalecer los estrechos vínculos bilaterales existentes sobre la base de principios y valores compartidos por nuestros países, como así también para trabajar conjuntamente en pos de defender a los pueblos de la especulación financiera internacional”, aseguró la presidenta argentina.
Ahora cuando el pulso entre Grecia y la UE está en su punto máximo, Cristina Kirchner ha vuelto a salir en defensa de los griegos estableciendo un paralelismo entre lo que ocurre en el país heleno y lo que aconteció en Argentina.
“Lo que está viviendo el pueblo griego es exactamente lo que vivimos los argentinos. El 30% de los ciudadanos griegos se iluminan con velas, han visto reducidas sus jubilaciones”, señaló la presidenta
En el caso venezolano, el régimen bolivariano ha querido ver en Tsipras una versión helena de la lucha que dice mantener el presidente Nicolás Maduro y que desplegó su antecesor, Hugo Chávez, contra el imperialismo.
El presidente de Venezuela adelantó en su día que la nación venezolana quería firmar acuerdos de cooperación con la República Helénica de Grecia: “Nosotros vamos a preparar un conjunto de acuerdos en el campo industrial, tecnológico, naviero, energético y comercial para unirnos, junto a América Latina, a este gran esfuerzo de Alexis Tsipras por recuperar a Grecia y demostrar que otro mundo sí es posible”.
Maduro, asimismo, no dudó en exaltar las ideas y el accionar de Tsipras: “Ha llegado un joven valiente a rescatar la historia gloriosa y centenaria del pueblo griego, y a plantear con su propio estilo, liderazgo y visión –desde la profundidad de la crisis del modelo capitalista neoliberal en Grecia– sus propias fórmulas”.
En Bolivia, Evo Morales expresó al entonces recién electo gobernante griego que el triunfo reflejaba una “luz de esperanza para Europa”.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, consideró que la victoria de Tsipras era también la victoria de Bolivia, al tratarse de revolucionarios de izquierda.
En los últimos meses quien más claramente ha salido en defensa de las decisiones de Tsipras ha sido Rafael Correa en Ecuador quien se ha convertido en un defensor de las medidas tomadas por el gobierno de Syriza (Correa, después de todo, suspendió en 2008 el pago de la deuda ecuatoriana).
“Mire, los latinoamericanos somos expertos en crisis porque las hemos sufrido todas… El caso de Grecia: o sea todas las condiciones que les imponen, el paquete del Fondo Monetario, eso lo vivimos, somos expertos en eso los latinoamericanos, eso no buscaba superar la crisis, buscaba licuar – cobrar – la deuda”, ha dicho Correa.
La pugna de Tsipras contra el FMI es para Correa una reedición de las campañas que contra el “neoliberalismo” han llevado a cabo los regímenes del “socialismo del siglo XXI”.
Grecia no ha realizado un pago de 1.600 millones de euros por créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI), aduciendo no tener los fondos para pagar a menos de que se alcance un acuerdo con los acreedores para desbloquear 7.200 millones de euros congelados.
Correa sostiene que “por un lado le da plata el Fondo Monetario, pero le impone una serie de condiciones, reducción de salarios, eliminación de subsidios, sacar a la gente del sector público, nada de inversión, para que se liberen a su vez esos recursos, no se queden en el pais y sirvan para pagar la deuda privada y al final los países caen endeudados con los multilaterales y se garantizó el pago de la deuda privada. La gente no obtuvo nada, no se salió rápidamente de la crisis. Entonces vimos que se está repitiendo lo mismo en Europa, la supremacía absoluta del capital sobre los seres humanos en función de una supuesta ciencia que en verdad es pura ideología, puros intereses”.
Al final, y si nada cambia, Tsipras va a ver su sueño cumplido: parecerse a Argentina (por el momento ya ha aplicado un corralito) y quedar al margen de la comunidad internacional tras su default con el FMI.
LA ONDA EXPANSIVA LLEGA A AMÉRICA LATINA
México ha sido de los países de la región más afectados por el terremoto griego: el peso mexicano se depreció 0.51 por ciento, y cerró la jornada en 15.66 unidades por dólar. La Bolsa de Valores perdió 1.88 por ciento.
El Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha reiterado la fortaleza del país ante los sucesos europeo: “Por supuesto estaremos atentos a la evolución del fenómeno global que está afectando a los mercados pero lo importante es que México tiene las condiciones macroeconómicas para salir adelante de estos eventos internacionales”.
Los mercados de América Latina cerraron el lunes operaciones en baja ante el temor a que Grecia cayera en moratoria.
Así, el índice Merval de la bolsa argentina perdió un 2.8 por ciento y el Bovespa de la Bolsa de Sao Paulo cedió 2 por ciento. En Chile, el peso caía y en Perú, el sol operaba a la baja.
Fuente: http://www.infolatam.com/2015/07/03/estos-son-los-aliados-latinoamerican…