Tomado de La Tercera, por Fernando Fuentes
El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba, en diciembre, sorprendió a Aviva Chomsky justo cuando se estaba imprimiendo una nueva edición de su libro A History of the Cuban Revolution (2010). El cambio obligó a la editorial a detener la producción para incluir un epílogo de la historiadora de la Universidad Estatal de Salem (Massachusetts). Hija mayor del lingüista y activista de izquierda Noam Chomsky, Aviva expresa en esta entrevista con La Tercera su escepticismo con la reaproximación de Washington con La Habana.
En una reciente entrevista con La Tercera, el ex número dos del KGB, Nikolai Leonov, dijo que “EE.UU., que trató de aislar a Cuba, se vio en la situación de quedar aislado”. ¿Usted comparte ese análisis? ¿Por qué cree que Obama decidió iniciar una reaproximación diplomática con La Habana?
Definitivamente Estados Unidos se aisló a sí mismo, al menos desde la perspectiva diplomática. Las Naciones Unidas han votado abrumadoramente, y en repetidas ocasiones, para condenar el embargo de Estados Unidos (o bloqueo) contra Cuba. Ciertamente, Estados Unidos ha llegado a estar cada vez más aislado en América Latina desde finales de la década de los 90. Los países de América Latina han estado siempre divididos entre el nacionalismo y el enojo por las violaciones de Estados Unidos a la soberanía en América Latina, por un lado, y su vulnerabilidad a la presión diplomática de Estados Unidos, por el otro. En la última década, sin embargo, los gobiernos de América Latina se han vuelto cada vez más firmes y dispuestos a desafiar a Estados Unidos diplomáticamente. Ciertamente, el enfoque de la cumbre de Panamá y la posibilidad de una humillación internacional mayor para Estados Unidos fue un factor que alentó a Obama a seguir adelante con las negociaciones y el acuerdo con Cuba para el reconocimiento diplomático. Por otro lado, el embargo de Estados Unidos tuvo graves efectos económicos en Cuba.
¿Cree que Cuba pudo haber aceptado retomar relaciones con EE.UU. en busca de un mayor de ingreso de capitales norteamericanos ante el gran deterioro económico de Venezuela, el gran aliado de La Habana estos últimos años?
No creo que Cuba haya estado siempre en contra de mejores relaciones con Estados Unidos. Cuando Raúl Castro tomó las riendas del poder pidió de inmediato negociaciones con Estados Unidos. Sólo le tomó un tiempo a EE.UU. responder. Para ser exactos, los cubanos han estado pidiendo mejorar las relaciones durante mucho tiempo. Pero no fue hasta ahora que Estados Unidos estuvo dispuesto a abordar algunas de las preocupaciones clave de Cuba, como su eliminación de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
Usted ha expresado su escepticismo con la reaproximación entre EE.UU. y Cuba. ¿Cuáles son sus principales aprehensiones respecto a este proceso?
Para mí el mayor punto negativo es que Obama continúa insistiendo en que el objetivo de Estados Unidos es el cambio de régimen en Cuba. Estados Unidos no debería estar en el negocio de decirles a otros países qué tipo de gobierno deben tener. Se debe permitir a Cuba que siga su propio camino y tome sus propias decisiones sin la presión de Estados Unidos. Por otra parte, Estados Unidos debe devolver Guantánamo, algo que Cuba ha estado exigiendo durante generaciones. ¿Hay algún otro país que mantenga una base militar en territorio estadounidense? ¿Nosotros permitiríamos a un país que ha anunciado, y ha demostrado, su intención de derrocar a nuestro gobierno, mantener una base en nuestro suelo? Unas mejores relaciones entre Cuba y Estados Unidos deben estar basadas en el respeto mutuo por la soberanía. Ya que Cuba respeta la soberanía de EE.UU., le toca a EE.UU. comenzar a respetar la soberanía de Cuba. Dos pasos importantes serían, primero, poner fin a todos los intentos de cambiar la forma de gobierno y la economía, y dos, regresar Guantánamo a Cuba.
En marzo la activista cubana Yoani Sánchez dijo que “el acuerdo Cuba-EE.UU. trajo la esperanza de que habrá más comida en los platos”. ¿Cómo visualiza usted los cambios que experimentará la isla con este anunciado restablecimiento de relaciones diplomáticas?
No estoy segura de que habrá cambios grandes o bruscos en Cuba o en la economía cubana. Ciertamente, hay más comida en los platos cubanos ahora de la que había cuando visité por primera vez la isla en 1995. Mucha más. Hay muchos, muchos factores que han intervenido en los cambios en la economía de Cuba desde la década de 1990, tanto las decisiones tomadas por los políticos cubanos, y también cambios en los eventos externos. Cuba está luchando con un problema que todos los países enfrentan: que la empresa privada es ideal para aumentar la producción, pero los sistemas públicos son mucho mejores para una distribución igualitaria. En algunos aspectos el sistema alimentario actual de Cuba se parece más al de un país capitalista: hay mucha comida disponible, pero no todos tienen el dinero suficiente para comprarla. Salvo que en Cuba, a diferencia de algunos de sus vecinos capitalistas, incluso los pobres tienen garantizados aún elementos básicos de subsistencia a través del sistema de racionamiento.
Ya hay medidas que se pusieron en vigor, como el acceso a las telecomunicaciones. De hecho, en julio se abrirán 35 zonas de Wifi en toda la isla. ¿Cree que el acceso de los cubanos a mayor información puede ser riesgoso para el régimen de los Castro?
En primer lugar, tenemos que reconocer que la expansión de la accesibilidad a Internet en Cuba ha sido un proceso continuo, no comenzó con el acuerdo para abrir las relaciones con Estados Unidos. Muchos cubanos tienen acceso a Internet a través de su escuela o lugar de trabajo, y hay hoteles y cafés de Internet donde los cubanos (y no cubanos) pueden pagar por el acceso. Ciertamente, ha habido una gran demanda por una Internet más barata, más rápida y de más fácil acceso entre los cubanos, y esto ha estado llegando, poco a poco. Pero no creo que el verdadero problema sea la “información”. Creo que la mayoría de los cubanos, como la mayoría de la gente en otros países, utilizará Internet para comunicarse con amigos y familiares, escuchar música o ver películas, compartir fotografías, etcétera. Mientras que ciertamente ha habido individuos dentro del Partido Comunista de Cuba y el gobierno cubano que han creído que permitir el acceso a más información podría ser peligroso, ha habido otros que han creído exactamente lo contrario. Estoy de acuerdo con este último grupo. Cuba tiene una población altamente educada. Ya tienen abundante acceso a las noticias, la cultura popular, etc., desde EE.UU. Creo que hay mucho más peligro en las personas que sienten que su acceso a la información está restringido, que en las personas que realmente tienen acceso.
En las campañas presidenciales de EE.UU. siempre se ha hablado de la importancia del voto latino. En ese sentido, considerando la importancia del voto cubano-americano, en especial en Florida ¿Qué importancia cree que tendrá Cuba en la próxima campaña?
Para la mayoría de los latinos, no creo que las relaciones con Cuba sea un asunto de muy alta prioridad. Hay otros temas específicos para los latinos -como la inmigración- que son más importantes para los votantes latinos de lo que es Cuba.
Por último, ¿cómo imagina a una Cuba sin los Castro?
Del mismo modo que el cambio en el poder de Fidel a Raúl no produjo un cambio drástico, no creo que los próximos pasos de Cuba sean tan dramáticos tampoco. Los sistemas económicos y políticos de Cuba nunca han sido estáticos -si consideramos el curso de décadas de Fidel en el poder, veremos muchos cambios económicos y políticos- de mercados más abiertos a un mayor control estatal, y viceversa, y con iniciativas para diferentes tipos de movilización popular y participación política. No me atrevo a afirmar con conocimiento seguro lo que va a pasar en Cuba después de Raúl entregue el poder en 2018. Sin embargo, mi estimación más formada es que el cambio seguirá siendo gradual e incremental.