El papa Francisco bromeó este lunes con los feligreses congregados en el santuario de la Divina Misericordia en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.
En medio de cánticos y gritos emocionados de los fieles, el papa hizo su ingreso saludando y sonriendo. Depositó un ramo de rosas blancas en el altar ante el cuadro del Jesús de la Divina Misericordia.
Buenos días, les invito a que recemos todos juntos a la Virgen. Ahora voy a celebrar misa, y los llevo a todos ustedes en el corazón, voy a pedir por cada uno de ustedes, le voy a decir al señor: vos conoces el nombre de cada uno, dijo.
Le voy a pedir para cada uno de ustedes mucha misericordia, que los cubra de misericordia y que la virgen los cubra con su manto, añadió.
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