Según una fuente de entero crédito, el vallista Omar Cisneros, uno de los atletas de punta en el atletismo cubano, “saltó una valla” (literalmente) y le dijo Auf Wiedersehen a la delegación cubana. Esto es que, se quedó, ni vira más… Voilá! Voló!
Cisneros, un atleta capaz de competir en cinco especialidades: 110 metros con vallas, 400 metros con vallas, salto de longitud, salto de altura e impulsión de la bala, al parecer se cansó de entrenar en el estadio Panamericano, y decidió seguir los pasos (y brincos) de su coterráneo Orlando Ortega.
Realmente lo de las “fugas” y “traiciones” de los atletas cubanos en cuanto evento internacional participan es de lágrimas. Nadie parece querer regresar.
Y es que han visto cuan bien les está yendo a quienes deciden quedarse, y cuan mal – a excepción de unos pocos – les va a los que se quedaron.
Redacción Cubanos por el Mundo
