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El Gobierno cubano le devolvió por fin el pasaporte a la artista Tania Bruguera, con lo cual queda habilitada para viajar fuera de la Isla, según informó este sábado la plataforma #YoTambiénExijo en un comunicado. El documento le había sido requisado el pasado diciembre, cuando fue detenida antes de realizar una performance de arte político en La Habana.
Según la nota, la Seguridad del Estado y un instructor policial le devolvieron a Bruguera su único pasaporte, el cubano, el viernes en una reunión. Sin embargo, la artista aclara que no saldrá de Cuba “hasta tener un documento oficial en mis manos que legalmente me asegure que puedo entrar de nuevo sin problemas”, que le han prometido tener las autoridades cubanas en las próximas dos semanas.
“Mi argumento nunca fue irme de Cuba: mi argumento es trabajar para que exista la libertad de expresión y de manifestación en Cuba, para que se penalice la violencia contra el que piensa políticamente diferente”, explica Bruguera en el comunicado. “En Cuba las personas deben sentir el placer de decir lo que piensan sin temor a perder sus trabajos o sus carreras universitarias, sin temor a que se les aísle o a que se les encarcele”.
La artista expresa también su deseo de que “un día los policías estén en una manifestación orgullosos de que hay quienes piensan diferente a ellos. Mi argumento propone una amnistía y eliminaría a la figura del preso político para que a nadie se le castigue por pensar por sí mismo”.
“Mi argumento siempre fue la necesidad de que se realice en Cuba una campaña de alfabetización cívica donde todos conozcan, y aprendan a defender, sus derechos como ciudadanos”, concluye Bruguera.
Después de que el gobierno cubano le impidiera realizar su performance hace medio año, Bruguera ha tenido varios encontronazos con la Seguridad de Estado. El pasado 8 de junio la artista fue detenida junto a 47 Damas de Blanco a la salida de la iglesia de Santa Rita en el municipio habanero de Playa. Unas semanas antes, durante las actividades de la Bienal de La Habana, Bruguera decidió hacer un homenaje a Hannah Arendt con una lectura de más de 100 horas consecutivas de lectura, análisis y discusión del libro Los orígenes del totalitarismo. La actividad fue boicoteada con sucesivas presiones policiales, una ruidosa reparación de la calle frente a la vivienda de la artista y el posterior arresto de ella y varios acompañantes.