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La encuesta del Coco Fariñas

El líder opositor cubano Guillermo Fariñas| Archivo
El líder opositor cubano Guillermo Fariñas| Archivo

Coco Fariñas

LA HABANA, Cuba.- En días pasados, sostuve un encuentro con un gran cubano que me honra con su amistad: el licenciado Guillermo ‘Coco’ Fariñas Hernández, galardonado en 2010 con el Premio Sájarov de Derechos Humanos, otorgado por el Parlamento Europeo. Hablamos de su iniciativa “Urna Transparente”, encaminada a empoderar a nuestros compatriotas al permitirles realizar postulaciones alternativas de candidatos a todos los cargos electivos, incluyendo el de Presidente del Consejo de Estado.

También me informó sobre una encuesta que viene efectuando cada enero desde hace una quincena de años. Como esa indagación sui generis no ha recibido divulgación alguna, me ha parecido que sus resultados —y el hecho mismo de su realización— deben constituir temas de interés para los lectores de CubaNet. Por esa razón me he animado a redactar estas líneas.

Según me cuenta el fraterno Coco, a principios de cada mes de enero (“siempre después del día 3”, para evitar en lo posible tener que celebrar su cumpleaños encerrado) él aborda uno de los vehículos de tracción animal que abundan en Santa Clara. (A quienes desconocen las realidades de la Cuba de hoy, hay que aclararles que, al igual que sucede en otros muchos del interior, en ese centro urbano —metrópoli de Las Villas y, por su población, la cuarta ciudad de la república— los carretones tirados por un caballo constituyen el principal medio de transporte.)

“Siempre espero que pase alguno que venga casi lleno y en el que haya un hombre con el uniforme de las Fuerzas Armadas”, me aclara el psicólogo, quien continúa: “Abordo el coche y en seguida empiezo a hacer críticas contra el régimen”. Mi interlocutor me aclara de inmediato que esos ataques prefiere hacerlos en materia política, no en la social, pues las autoridades son un poco menos intolerantes en los de este último tipo.

Según me explica Fariñas, a lo largo de los años (recuérdese que son ya quince los que lleva actuando de ese modo) se observa un claro cambio en la forma en que reacciona el público en general (y, de manera especial, el militar, que en un país de ideología marxista-leninista como Cuba, se supone que sea un defensor a ultranza del régimen). Acto seguido comienza brindarme en forma detallada los resultados que ha arrojado su encuesta empírica.

“Los primeros años, el uniformado me insultaba y me agredía”, refiere, y añade: “Casi siempre recibía apoyo de varios de los otros pasajeros. En aquella época resultaba usual que el militar le planteara al cochero que se desviase de su recorrido para ir hasta alguna estación de policía. Una vez allí, formulaba la correspondiente denuncia. Nunca se les dio curso a esas acusaciones, jamás me citaron,” aclara, “pero sí las realizaban año tras año”.

“Con el paso del tiempo, lo primero en cesar fueron las agresiones físicas: me censuraban, pero todo quedaba en el plano verbal, sin pasar a lo material. Seguían levantándome atestados, pero ahí terminaba todo”. Y continuó: “En ocasiones posteriores, matizaron las condenas a mis planteamientos y a mi persona: se hizo usual que empezaran por reconocer que en el país había cosas que andaban mal, pero aclarando que otras marchaban bien”.

El combativo líder villareño puntualiza que, en años recientes, ha confrontado la dificultad de tener que emplear diferentes disfraces. El régimen, en su afán por desacreditarlo, ha dado divulgación a su peculiar imagen. Esta realidad lo ha obligado a usar enmascaramiento para evitar ser reconocido por los pasajeros del coche escogido.

El Coco narra sus impresiones de sus encuestas más recientes: “Los resultados de los últimos años son muy alentadores”, precisa. “Cuando empiezo a atacar al gobierno y su política, la mayoría de los pasajeros me apoya; algunos incluso me superan en las críticas. Pero lo mejor de todo es que el militar se hace el desentendido: empieza a mirar para afuera, como si la cosa no fuera con él. Al comienzo de esta nueva etapa, a veces me miraban fijamente antes de ponerse a disimular, pero ya ni eso…”

Pienso que esta peculiar encuesta anual del prominente líder opositor es muy positivo. Como el temor que el régimen imperante ha sembrado en los cubanos dificulta que éstos declaren con sinceridad cuál es su valoración del sistema, creo que la encuesta informal ideada por el Coco resulta muy útil. Esperemos que la de enero de 2016 sea la última que tenga que hacer.

Written by CubaNet

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