Carmen Luisa Castillo es la Secretaria del Núcleo del Partido Comunista en su barrio y además una activista social de la iglesia católica, en la parroquia La Milagrosa. Desde niña adoraba a la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, pero nunca había entrado a un templo. Su primer contacto con la iglesia católica fue cuando el Partido Comunista la envió a investigar si había algún trasfondo político en las actividades de carácter social del cura español de ese templo.
“Me entrevisté con el padre, confirmé que todo eran habladurías e hicimos una buena amistad, una amistad limpia”, dice a Público y agrega que se puede ser católico y comunista porque “aquí lo que se hace es el bien para la comunidad de este barrio. Yo tanto resuelvo los problemas de los necesitados desde la iglesia que los que tengo que resolver para la comunidad como Secretaria del Partido”.
La iglesia de La Milagrosa atiende a unas 200 personas con problemas sociales, en su mayoría ancianos. Tienen un comedor donde brindan desayuno y almuerzo, además de peluquería y lavandería gratuita. Trabajan también con una veintena de niños con síndrome de Down de la comunidad, los cuales son atendidos por voluntarios católicos. Un aporte al esfuerzo de un Estado que atiende a 57 mil niños minusválidos en escuelas especiales a lo largo de todo el país.
Recuerda Carmen Luisa que “al inicio tuve algunas dificultades con mis compañeros del Partido. Hubo quienes me cuestionaron en instancias superiores pero yo siempre dije que participaría en todas las actividades que beneficien a la comunidad y nunca dejé de atender a mis compañeros del partido, incluso le he escrito a Raúl (Castro) cuando fue preciso”.
Las cosas han cambiado tanto que la jefa del Departamento de Asuntos Religiosos del comité central del Partido, “Caridad Diego estuvo por aquí y compartió con los niños con síndrome de Down, que le hicieron un collar de papeles de colores. Se emocionó mucho y se fue maravillada con la atención y cuidado que se les da a estos niños”
“También hay católicos que vienen con chismes al padre, diciéndole que yo soy del Partido Comunista y que vengo a buscar información. Me lastima pero yo amo tanto el trabajo asistencial que duermo muy tranquila”. A pesar de las diferencias políticas, también el párroco duerme tranquilo teniendo a la comunista Carmen Luisa como mano derecha en su trabajo con los pobres.
La visita del Papa Francisco tiene movilizada toda la parroquia. “El Papa Francisco es lo mejor que nos podía haber ocurrido. Seguro que Dios dijo hace falta un Papa que ayude a normalizar la situación del mundo. Su Santidad desde el incio se ha dedicado a la gente, a los pobres. Propone crear casas-misión y nosotros tenemos más de un centenar trabajando en esta barriada con los pobres”, comenta Carmen Luisa
Carmen Luisa colecciona medallas, las recibidas por su militancia política y las entregadas por la iglesia en su labor de voluntaria. “Yo en los 60 me enamoré del programa de la Revolución y sigo enamorada pero también considero que la labor de esta parroquia es socialmente muy efectiva. No veo ninguna contradicción”.
