Después de casi una hora, concluyó un encuentro privado entre el presidente de Cuba, Raúl Castro, y el papa Francisco.
Poco antes de abandonar el lugar, Castro mostró al pontífice lo que parecían ser regalos: una gran cruz hecha de remos con un Cristo crucificado, además de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.
El pontífice le obsequió algunos libros, incluida una colección de sermones del sacerdote jesuita español Amando Llorente, quien fue profesor del propio Raúl Castro cuando estudió en el jesuita Colegio de Belén de Cuba y dos discos compactos con la voz del clérigo.
Llorente fue forzado a salir del país poco después del triunfo de la revolución en 1959, cuando Castro asumió el poder. Murió en Miami en 2010.
Austen Ivereigh, autor de la biografía sobre Francisco “El Gran Reformador”, cree que el papa envió un mensaje sutil al hombre que encabezó un gobierno que estuvo en conflicto con grupos como la Iglesia católica. Francisco se ha pronunciado por la necesidad de reconciliación entre los cubanos.
“No puedo más que pensar que el papa Francisco está invitando a Fidel Castro a hacer las paces con su pasado”, dijo Ivereigh.
Después de la reunión, Francisco abordó el papamóvil y se retiró hacia la Catedral de la Habana, donde se reunirá con sacerdotes, religiosas y seminaristas
Fuente: Televisa