Tomado de INFOLATAM.
A menos de un mes de las elecciones generales, los aspirantes a la Presidencia argentina llevan adelante sus campañas en un escenario incierto que aún no permite vislumbrar un ganador en primera vuelta, con la posibilidad del eventual “ballottage” entre sus principales preocupaciones.
Para el oficialismo, el objetivo está puesto en alcanzar el ansiado triunfo el mismo domingo 25 de octubre, mientras que los dos principales candidatos opositores sueñan con forzar una segunda vuelta en la que logren derrotar al kirchnerismo.
Según publica hoy el diario La Nación, Federico Aurelio de la consultora Aresco asegura que “en términos de tendencias y de intención de voto, después de las primarias no pasó demasiado”.
Hasta el momento, los sondeos parecen replicar para el oficialismo los números de las primarias del 9 de agosto pasado, cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, cosechó los mayores apoyos, con el 38,67 por ciento de los votos.
Mientras algunos sondeos le dan para octubre un piso cercano al 37 por ciento, algunas proyecciones también lo sitúan sobre el 40 por ciento.
Estos números todavía no le garantizan a Scioli consagrarse presidente el mismo día de las elecciones, pues además de superar ese umbral requiere por lo menos una diferencia de 10 puntos sobre el segundo candidato más elegido.
En ese codiciado segundo lugar se ubica el conservador alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien se postula por el opositor frente Cambiemos.
A él las encuestas le dan una intención de voto que varía entre los 26 puntos y los 30. Ese último es el escenario más esperado, pues lo pondría a competir con Scioli en la eventual segunda vuelta del 22 de noviembre.
La posibilidad de alcanzar el “ballottage” desvela a Macri, quien vio en las últimas semanas mermar el apoyo que había arrastrado Cambiemos en las primarias -un 30,12 por ciento entre los tres candidatos que compitieron- a causa de un escándalo de corrupción que involucra a la Alcaldía porteña.
Para revertir la caída y retener el caudal de votos de Cambiemos, Macri anunció esta semana que, en caso de ser presidente, le reservará el Ministerio de Justicia a Ernesto Sanz, el candidato radical que participó en la competencia interna de ese frente opositor en agosto, pero perdió ante el alcalde porteño.
Además, aseguró que también tiene planes para la diputada Elisa Carrió, la otra competidora del frente Cambiemos que quedó fuera de la carrera presidencial tras las primarias.
Detrás de Macri, pero creciendo en las encuestas, está el diputado Sergio Massa, ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández y hoy líder del opositor Frente Renovador.
El caudal de votos que el frente del peronismo disidente Una Nueva Alternativa (UNA), encabezado por Massa, atrajo en las primarias -alrededor del 20 por ciento- convirtieron a este diputado en el blanco de las especulaciones.
¿Apoyará a Macri en la segunda vuelta o se inclinará por Scioli? Hasta el momento, lo único que ha hechoMassa es asegurar que es el único que puede vencer al kirchnerismo en noviembre e intentar ahuyentar el fantasma de la polarización.
Para la consultora argentina Elypsis, mientras la intención de voto al gobernante Frente para la Victoria “se mantiene estable”, la de Cambiemos “registró una caída de entre 3 y 4 por ciento en septiembre respecto a los registros de agosto”.
Esos puntos se distribuyen, según la consultora, entre Massa y la candidata de centroizquierda Margarita Stolbizer, ambos “con tendencia creciente”.
“Massa logró evitar la diáspora natural de los votos de las PASO (primarias) hacia el voto útil. Aun sin traducción en votos, vemos un crecimiento de Massa”, dijo Mariel Fornoni de la consultora Management&Fit a La Nación.
“Hablamos de un escenario totalmente abierto”, agregó.
Mientras tanto, la presidenta argentina se ha mostrado junto a aspirantes oficialistas a diversos cargos en las próximas elecciones, con una agenda propia que incluye inauguraciones en campaña, anuncios de proyectos de ley para enviar al Parlamento y críticas a los candidatos opositores.
Tras un maratoniano calendario electoral, Argentina ingresa finalmente en la última etapa de un 2015 plagado de comicios locales, provinciales y nacionales para renovar una multiplicidad de cargos que va desde legisladores municipales hasta la sucesión de Fernández luego de 12 años de kirchnerismo en el poder.
