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¿Para qué sirvieron tantos institutos?

Al centro, con corbata, André Voisin. A la derecha, Fidel Castro (foto tomada de internet)

Hubo una época en que Fidel Castro, imbuido por su mesías científico, el poco exitoso ingeniero en suelos André Voisin, soñó que Cuba se convertiría en un vergel.

Muchos jóvenes, que serían los futuros científicos encargados de materializar los sueños del Comandante en Jefe, fueron enviados a estudiar a la Unión Soviética. A los que consideraba particularmente talentosos, Fidel Castro los atendía personalmente. Entre ellos se encontraba su hijo Fidel Castro Díaz-Balart, quien fue enviado a estudiar energía nuclear, en el Instituto Kurchatov, para que dirigiera la planta nuclear de Juraguá, en Cienfuegos, de la que hoy solo quedan sus ruinas

El Máximo Líder creó cerca de 20 centros científicos, casi todos relacionados con la agricultura, donde ubicó a los científicos a los que ordenaría realizar las investigaciones sobre las ideas que a él se le ocurrían. De esos centros hoy sobreviven 16.

Solo nombraré a modo de ejemplo varios que aún son parte del llamado Polo Científico: el Instituto Cubano de Investigaciones de la Industria Azucarera (ICINAZ), el Instituto Cubano de Investigaciones para el Desarrollo de la Caña de Azúcar (ICIDCA), el ICA, dedicado al desarrollo de la masa ganadera vacuna y porcina, el Instituto de Investigaciones Avícolas, y el de investigaciones agrícolas, dedicado al desarrollo del cultivo de frijoles.

Entre los otros once institutos restantes, hay algunos con nombres casi impronunciables, como IPROYAZ y el INIDC (Instituto Nacional de Investigaciones para el Desarrollo de los Cítricos).

Si echamos una ojeada a los resultados de todos estos centros de investigación, obtendremos una interminable lista de fracasos. No obstante, tal vez por alguna razón mística, estos centros han sido mantenidos por más de cuarenta años.

Durante más de medio siglo, el régimen castrista no ha logrado un solo éxito referente a la producción de alimentos y ha tenido que importarlos de cualquier parte del mundo donde le otorguen créditos con facilidades.

Desde el año 2001 a la fecha, el régimen cubano habría invertido cerca de 20 mil millones de dólares, fundamentalmente en los Estados Unidos, en la compra de alimentos, si bien en los últimos años estas compras han disminuido, de acuerdo a una fuente del Ministerio de Comercio Exterior de obligatorio anonimato.

Se hace imperativo reflexionar y hacernos algunas preguntas. ¿Cuántos institutos dedicados al desarrollo agropecuario había en Cuba antes de 1959? ¿Cómo es posible que por entonces en Cuba hubiera una res por cada habitante, no hubiera racionamiento de alimentos y la producción azucarera promedio fuera una de las más grandes del mundo?

En otros campos de la ciencia solo se han obtenido pequeños logros, pero estos en modo alguno justifican la inversión hecha. Un ejemplo: Luego de la costosa campaña publicitaria realizada sobre el Vidatox, obtenido del veneno del alacrán y que supuestamente curaba el cáncer, fue desechado por no pasar su categorización como medicina.

En lo único que han tenido éxito estos institutos agropecuarios ha sido en su supervivencia durante tantas décadas, y en garantizar a algunos de sus integrantes mesas bien servidas, viajes al extranjero, lujos y privilegios que el pueblo no puede disfrutar.

palfonso44es@gmail.com

Written by CubaNet

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