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Entre la ficción y el disparate

che-guevaraPor Jorge Olivera Castillo.

El “guevarismo” no ha envejecido en los ruinosos anaqueles de la revolución cubana.

Las teorías del guerrillero argentino que en vida quiso redimir al Tercer Mundo del sistema capitalista a través del uso de la fuerza sin mucha suerte, han vuelto a ser enarboladas en La Habana con otra película del barniz retórico que los funcionarios usan para que camuflar las abolladuras y las excoriaciones.

No se trata del fomento de la lucha armada ni de complicadas estrategias políticas como recetas para echar abajo gobiernos ubicados bajo la sombra de la economía de mercado y la democracia representativa.

El asunto estriba en maximizar los esfuerzos por reimpulsar la construcción del hombre nuevo en Cuba de la manera que lo concibió el médico devenido en ícono de la extrema izquierda, después de su destacada participación en la guerra civil interna que terminó con el derrocamiento de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959.

En la reciente Conferencia del Sindicato de la Educación, las Ciencias y el Deporte (SNTECD), el Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, alentó a la búsqueda de métodos más eficaces en la formación integral de la sociedad, donde se incluye el fortalecimiento de los valores humanos en las escuelas.

Resulta patético, que el dirigente de la única entidad sindical admitida en la Isla, y valga la redundancia, por el Partido único, haya dejado entrever, según el reporte publicado en las páginas del diario Granma, la existencia de un ciudadano acorde con el diseño del Che Guevara.

Ese ser humano, moral y éticamente casi perfecto que saldría de los talleres del proceso político que se acerca a las seis décadas de existencia, es una construcción que no ha pasado el listón de las evocaciones.

La chabacanería, el parasitismo social, la impudicia y la doble moral han echado raíces en todos los sectores sociales, a pesar del disimulo de los funcionarios que llegan a las reuniones con el portafolio lleno de promesas falsas y la disposición de buscarle nuevos adornos a los sermones para que parezcan originales.

El daño cultural provocado no es posible superarlo sin una descentralización del poder que ayude al empoderamiento del ciudadano mediante un marco institucional que estimule y proteja sus derechos individuales.

La persistencia en los viejos moldes, que glorifican la unanimidad en torno a la ideología del Gobierno, define una actitud que ha masificado las deformaciones conductuales y ridiculiza las intenciones de crear el sujeto social añorado por Guevara.

A pesar de todo, la intervención del dirigente sindical tuvo sus réplicas en las voces de Olga Lidia Tapia, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, y de Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación.

El próximo 14 de octubre se conmemora el 48 aniversario de la muerte en combate del guerrillero argentino-cubano, en una planicie boliviana a manos del ejército de ese país. Fue la última de su larga lista de frustraciones.

Ninguno de sus anhelos en el ámbito político, económico y social perduraron en la práctica.

La fantasía del hombre nuevo en Cuba, ¿desdibuja los límites de una fértil imaginación o esclarece las perspectivas de un disparate?

Al margen de lo que se piense sobre el asunto, la realidad muestra los signos de un retroceso no solucionable ni a corto ni mediano plazo.

Así que la palabrería del poder y su entusiasta empleomanía, en relación a las posibilidades de materializar el concepto guevariano, es más de lo mismo. Algo para celebrar con una soberana trompetilla.

Written by @diariodecuba

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