Rusia emprendió su campaña contra el Estado Islámico en Siria debido a que “la situación se había vuelto intolerable”, asegura el jefe de la Administración presidencial de Rusia, Serguéi Ivanov. Según él, esta decisión no estuvo motivada por ambiciones relacionadas con política exterior, ya que -subraya- el objetivo principal es la lucha contra el terrorismo.
La puesta en marcha del operativo de las fuerzas armadas rusas en Siria contra el Estado Islámico estuvo motivada por la grave amenaza del terrorismo y no por el supuesto intento de “desviar la atención” del conflicto en Ucrania, destaca Serguéi Ivanov en una entrevista con TASS. “Rusia, en este caso, no tiene ningunas ambiciones de política exterior”, subrayó.
El jefe de la Administración del Kremlin recordó que en las filas del Estado Islámico “combaten miles de personas procedentes de Rusia y de países de la CEI [Comunidad de Estados Independientes]”. Ivanov hizo hincapié en que Rusia no puede limitarse a esperar “mientras ellos [los terroristas] se entrenan allí y después vuelven tranquilamente a casa”. Según el político, la participación militar rusa tiene la intención de “asegurarse de que nadie del EI pueda venir a Rusia”.
Ivanov tachó de “ociosas” las suposiciones acerca de que Rusia intenta desviar la atención de la situación en Ucrania con la campaña en Siria. “La situación se ha vuelto intolerable” y por eso “Rusia decidió responder a la solicitud del Gobierno legítimo sirio de asistencia en la lucha contra los terroristas”, explicó.