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Los inmortales

Tomado de Joven Cuba. Por Harold Cárdenas Lema.

En Cuba tenemos la costumbre de calificar nuestro Partido como “el inmortal”. Supongo que a estas alturas las cuotas de voluntarismo e ingenuidad política no sean tan altas como para que nadie se crea el calificativo, más bien debe ser un término cariñoso. ¿Se imaginan si en lugar de un partido comunista tuviéramos dos? Hay otro país latinoamericano donde se intenta construir el socialismo y tienen dos “inmortales”, una lección válida para nosotros sobre la importancia de la unidad. Esta historia está dedicada a privilegiar la continuidad generacional y no las rupturas, que unos quisieran y otros provocan con sus torpezas. Dedicada a nuestro partido, con todas sus virtudes y defectos, del que espero ser parte un día.

pce_viejoLos proyectos socialistas son experiencias distintas que no deben compararse pero donde se pueden advertir tendencias y regularidades. En el Ecuador de Rafael Correa y la Revolución Ciudadana existía un partido comunista con muy poca militancia, surgió entonces un grupo de jóvenes con ímpetu que empezaron a engrosar sus filas y hacer mucho, hasta que esto se volvió un problema.

De repente los adultos no estaban de acuerdo con las actividades que estos hacían, ponían la disciplina partidista por encima de los resultados que estaba logrando la nueva militancia. Llegó un punto en el que la situación fue insostenible, se quiso sancionar a los dirigentes más jóvenes por hacer marchas políticas a favor del proceso revolucionario ecuatoriano sin pedir autorización de su Comité Central. En ese momento, los muchachos solo podían crear un nuevo partido porque el otro estaba fuera de sus manos.

En la actualidad hay dos partidos comunistas en el Ecuador, de nombre muy parecido. La diferencia entre ambos es aparentemente generacional pero en realidad es táctica, y los jóvenes van logrando en pocos años lo que sus antecesores no pudieron en décadas. Esto no significa que que el divorcio táctico y generacional sea una solución porque a menudo hace más favores a la derecha que a nadie pero en aquel contexto ecuatoriano, fue necesario. El único asambleísta comunista pertenece al nuevo partido, que también tiene más miembros y capacidad de movilización. Si eso no les dice mucho, el nuevo partido apoya a la Revolución Ciudadana con más fuerza que el otro. Quizás a estos últimos se refiera Rafael Correa cuando lo escuché referirse a “esa izquierda inmaculada que nunca llegará a ninguna parte”.

pce_jovenEl secretario del nuevo partido tiene 34 años de edad, tienen como cantera una juventud comunista que no se subordina a ellos porque comparten la misma militancia y la toma de decisiones. Dentro de las cláusulas internas de su funcionamiento han plasmado que cada uno debe tener margen para la creatividad, esta no se ve como peligrosa o subordinada a planes de trabajo. Han sufrido humillación por parte de sus antiguos compañeros, incluso estos les han lanzado huevos cuando organizan sus actividades pero aun así continúan cosechando éxitos y sumando miembros.

Es la noche del 28 de septiembre de 2015, en la Capilla del Hombre que construyera Guayasamín se hace una actividad de solidaridad con Cuba y están ambos partidos presentes. Entonces toca ver a los muchachos que apenas tienen más de 20 años, recibir miradas recriminatorias por parte de algunos señores bien mayores, que hacen lo imposible para que sus banderas se vean más. Entonces se hace evidente otro fenómeno, las relaciones que sostiene la embajada cubana con el antiguo partido son profundas, con los jóvenes todavía son tímidas, para utilizar un eufemismo. Lo correcto sería establecer contactos con ambos, no estar privilegiando a un partido u otro desde Cuba.

Que existan dos partidos con una misma ideología no resulta sano ni estratégico, pero no me costó mucho entender la necesidad que tuvieron esos jóvenes de crear una organización propia con más movilidad política. En Cuba la situación es distinta, para empezar estamos en el poder y tenemos un sistema unipartidista que realmente puede ser funcional pero por mucho que el discurso político se esfuerce en mostrar homogeneidad (en otros tiempos simulamos invencibilidad hasta que Fidel dijo lo contrario) es obvio que tenemos desafíos generacionales, de credibilidad en organizaciones juveniles y de movilidad política para reaccionar con rapidez a los cambios.

Espero que nuestro Partido no quede paralizado en el tiempo como ha ocurrido en otros intentos socialistas, que sepa construir una relación con los jóvenes saludable y no se imponga la mirada paternalista de algunos funcionarios que solo termina en subordinación de las organizaciones juveniles respecto a ellos. Que el inmortal sepa adaptarse a los nuevos tiempos y formas de hacer política, algo que solo es posible a través de sus miembros. Una organización no es algo abstracto sino la sumatoria de su militancia, si queremos prolongar la vida del único partido político en Cuba será mejor que aprendamos las lecciones de otros, para evitar que el presente ecuatoriano se convierta algún día en nuestro futuro.

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