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Cuatro verdades sobre el tema cubano

turistas_eeuu_cubaPor Alexis Jardines*.

Aunque usted no lo crea, la política del presidente Obama hacia Cuba se justificó con un solo argumento: la anónima definición de locura que circula por internet. El hecho es preocupante, pues afectar la vida de 11 millones de personas en base a una trivial definición ad usum es algo que pasa de lo simplemente osado. En esencia, la moraleja del enunciado en cuestión es que cuando transcurre un tiempo razonable sin obtener frutos hay que abandonar la empresa. De aquí se sigue como corolario que la llamada política de aislamiento a Cuba debe ser descartada porque no ha funcionado.

Apliquemos pues a Obama su propia receta. Al cabo de un año de concesiones a la dictadura castrista, el presidente norteamericano no ha logrado nada a cambio. Encima, la consigna de empoderar al ciudadano, que guiara la campaña de acercamiento al régimen, no pasó de ser una mera declaración verbal. Ergo, la política del presidente hacia Cuba –que, por el contrario, se convirtió en una peligrosa fuente de alimentación de la dinastía militar-comunista a 90 millas de Estados Unidos– debe ser abandonada.

Amén de la falta de resultados, pesa sobre este año de inexplicable entrega por parte de Obama la sospecha de la presencia de tropas cubanas en Siria y los sucesos con los barcos chino y coreano que vinculan directamente a Cuba al tráfico ilegal de armas. Y es que la normalización incondicional está más cerca de reconducir a la Guerra Fría que al empoderamiento de los cuentapropistas.

Pero, hay más verdades que la gente debe reconocer. El acercamiento a Cuba se intentó legitimar mediante una burda campaña de manipulación política en la que, junto a grupos de presión –aliados del gobierno cubano–, ciertos empresarios, el New York Times y la firma Bendixen & Amandi jugaron un papel fundamental. Los sueños de los empresarios se volatilizaron con el paso de los días tras la intransigente postura del gobierno cubano, el New York Times enmudeció al respecto y la objetividad de la encuesta de Bendixen & Amandi quedó en entredicho desde el momento en que los mismos cubanos que apoyaban la política de Obama comenzaron a abandonar masivamente el país justo después del 17D.
Uno de los pilares de la política de Obama fue el tema de la conexión a internet y las comunicaciones. ¿Qué sucedió realmente? Las llamadas a Cuba, tras un año de Luna de Miel entre ambos gobiernos, no bajan de precio (y se sabe que son, probablemente, los más altos del mundo; que ETECSA es un monopolio único y, además, bajo control de la Seguridad del Estado). El gobierno cubano abrió unos escasos puntos de conexión Wi-Fi en la Isla a precio impagable para el cubano de a pie, que debe conectarse en plena calle bajo el sol tropical a más de 80 grados Fahrenheit. ¡Francamente, una burla! A cambio de esa “concesión”, el gobierno cubano rechazó la oferta de Google de proveer conexión Wi-Fi gratis a nivel nacional y –especulando un poco– desconectó a media Venezuela (cuyo gobierno alega ahora que no tiene divisa para pagar internet).

Reparemos ahora en el punto más sensible de todos sin olvidar que el meollo del asunto es la creencia en que la política de aislamiento no ha funcionado. A contrapelo de lo que induce a pensar la encuesta de Bendixen & Amandi, los cubanos de la Isla no culpan al embargo de la situación ruinosa que atraviesa el país hace medio siglo, sino a la cúpula gobernante y al propio sistema socialista y unipartidista implantado por ella.

Cuando el presidente Obama alude a la “fallida” política de aislamiento nunca se pregunta por las causas que impiden su funcionamiento. Este punto se mantiene en una oscuridad tal que al ciudadano común ni siquiera le viene a la cabeza que tal fallo debe tener una causa. Para abordar el problema dividamos esta verdad en dos pasos. Primero, reconozcamos que el embargo sí ha funcionado, si se tiene en cuenta que Cuba llegó al 17 de diciembre del 2015 totalmente en ruinas y su gobierno sin un centavo. Ahora bien, si se pregunta por qué ese gobierno sigue ahí, entonces se impone ser más preciso. Desde el momento en que el presidente Obama no quiere cambio de régimen en Cuba ya pierde el derecho a cuestionarse el asunto de la validez de la política de aislamiento. Pero si lo hiciera, la verdad que le espera es esta: los cubanos no son cobardes, pero tampoco tontos. La Ley de Ajuste Cubano es la verdadera razón por la cual se mantiene la dictadura en Cuba, ya que ha servido de válvula de escape a la olla, cuya presión debió aumentar el embargo de haber sido aplicado con rigor.
Cuando esos potenciales emigrantes, que ahora se las arreglan sin confrontar al régimen, pierdan la posibilidad de establecerse en Estados Unidos; cuando pierdan la esperanza y la ilusión del paraíso terrenal, entonces –solo entonces– se virarán hacia los que dirigen el país y, con la peculiar mirada que la expresión lleva aparejada, les dirán: ¿Qué volá?
Ellos –los dictadores– entenderán.

*Académico Distinguido en Instituto de Investigaciones Cubanas, en FIU

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