p, en medio de las dificultades de acceso por el mal tiempo y la urgencia por atender a las víctimas.
Pese a la movilización del Ejército y a los anuncios de las autoridades, los damnificados siguen reclamando ayuda tras el sismo de 7,5 grados que dejó al menos 267 muertos y 1.656 heridos en Pakistán y 115 y 556, respectivamente, en Afganistán.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha anunciado las primeras ayudas económicas para los afectados en la provincia más castigada, a la que se desplazó para conocer sobre el terreno las necesidades de los damnificados.
“El Gobierno central ha decidido iniciar la distribución de cheques el lunes (próximo) y finalizará el jueves (…) Iba a empezar hoy, pero se ha retrasado para garantizar la transparencia”, afirmó Sharif en rueda de prensa en Peshawar, capital de Khyber Pakhtunkhwa, la provincia paquistaní más afectada por el seísmo.
Los familiares de cada fallecido recibirán 600.000 rupias (unos 5.700 dólares), los heridos 100.000 rupias (952 dólares), 200.000 rupias (1.900 dólares) para la reconstrucción de casas derrumbadas y 100.000 rupias (952 dólares) para las dañadas.
Sólo en esta provincia, al menos 220 personas murieron, 1.656 resultaron heridas y sufrieron daños 10.586 casas, un 81 % y un 89 % del total de muertos y heridos, respectivamente, en el país.
El teniente general Hidayat Rehman, comandante en Peshawar, aseguró en la capital provincial que “el Ejército está tratando de llegar a todas las personas afectadas”.
El representante para Pakistán de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, Shelagh Woods, afirmó en un comunicado que “las principales necesidades son refugio y productos de aseo, debido a que en algunas zonas montañosas ha comenzado a nevar”.
La Comisión Nacional paquistaní para el Desarrollo Humano (NCHD) ha repartido hasta el momento entre las víctimas unas 2.500 mantas, 3.250 tiendas de campaña y 3.000 esterillas.
“A la gente que perdió sus casas se le ha provisto de tiendas”, declaró el portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres paquistaní, Latif ur Rehman.
Afganistán afronta igualmente un sinfín de dificultades para llegar a los afectados, después del temblor, que situó su epicentro en la provincia nororiental de Badakhshan, y ha dejado al menos 7.630 casas afectadas en zonas montañosas con pocos recursos de al menos 9 de las 34 provincias afganas.
El ministro de Gestión de Desastres, Wais Ahmad Barmak, compareció en el Parlamento afgano, en medio de las críticas por la escasez y la lentitud de la ayuda.
