Rusia vive una jornada de luto por las 224 víctimas de la catástrofe del avión Airbus A320 en territorio de Egipto, mientras se ultiman las gestiones para iniciar la repatriación de los cuerpos.
La nave de la compañía Kogalymavia se estrelló al amanecer del sábado en la península de Sinaí, cuando cubría la ruta desde el balneario egipcio de Sharm El Sheikh a San Petersburgo, con 217 pasajeros a bordo y siete miembros de la tripulación. Analistas y autoridades catalogan el accidente como el más grande en la historia de la aviación civil de Rusia.
Por disposición del presidente Vladimir Putin, las banderas ondean a media asta en todas las instituciones estatales y fueron suspendidas las actividades culturales y recreativas. Las flotas del Báltico, Norte, Mar Negro y del Pacífico dispararon salvas este domingo.
El gobernador de San Petersburgo, Georgui Poltavchenko, informó que la ciudad estará de duelo varios días más cuando se dé sepultura a los cuerpos de los 127 pasajeros nativos de esa urbe, considerada la segunda capital de Rusia.
“Quisiera remitirme a todos los habitantes de nuestra ciudad con el pedido de que se observe estrictamente el decreto del Presidente. Es nuestra tragedia común”, manifestó Poltavchenko en un mensaje a través del canal local.
Numerosos gobiernos y organizaciones internacionales enviaron mensajes de condolencias a las autoridades rusas. La embajada de Rusia en El Cairo abrió un libro de condolencias.