
De esta manera la organización sueca responde a lo expresado recientemente por el director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior de la UE, Christian Leffler, en el sentido de que en el diálogo con el régimen no se buscan concesiones políticas.
Para Jennische esta posición no solo es una renuncia en el caso cubano sino que “también en negociaciones con otros países”. Asimismo, agrega, con esta actitud “la UE abre ahora la posibilidad para muchos otros gobiernos violadores de derechos humanos de lograr un acuerdo que legitima su poder”.
Asimimso, Jennische lamentó que las ruedas de prensa en La Habana como espacio para acercar a la prensa y a la sociedad civil al proceso de negociación con el régimen estén vetadas a la prensa independiente. También criticó que los encuentros con la sociedad civil en La Habana y Bruselas “no son abiertos para todos” y tampoco son anunciados públicamente.
“De esta manera, el equipo de negociación excluye a los actores de la sociedad civil de un diálogo abierto y transparente sobre las negociaciones”, señaló Jennische. El miembro de Civil Rights Defenders considera que “es aparentemente una demanda del Gobierno de Cuba, y el hecho de que la UE acepte estas condiciones es un signo de debilidad”.
Jennische estima “positivo” que Leffer asegure que el acuerdo incluirá el respeto a los derechos humanos y la promoción de la democracia, con un papel para la sociedad civil.
De todos modos, precisó, “no se ha publicado nada sobre cómo se incluirá esto en el acuerdo” y es por ello que se pregunta: “¿Qué espacios e instituciones se crearán y qué papel tendrá la sociedad civil en estos? ¿Es el Gobierno cubano el que decide quiénes pueden participar o quién?”
Jennische considera que de esta manera “el equipo negociador imposibilita una inclusión constructiva de la sociedad civil en el proceso de negociación”. Y se pregunta que “si la UE no quiere incluir a la sociedad civil ahora, ¿qué garantías hay de que la sociedad civil tendrá un papel en la implementación (del acuerdo)?”