‘Cuando se acaba una dictadura, el 90% de las veces se produce algún tipo de reversión’, afirma Jordi Cabarrocas, impulsor de la iniciativa/Foto:Archivo
Compañía de Recuperaciones Patrimoniales de Cuba, con sede en Barcelona, ha logrado reunir a 500 familias españolas para reclamar sus propiedades en la Isla, confiscadas por el Gobierno de Fidel Castro a partir de 1959.
El impulsor del proyecto es el ingeniero Jordi Cabarrocas. La firma no exige adelantos y asume todo el riesgo de la operación, a cambio de un 30% del patrimonio recuperado.
Cabarrocas y sus socios empezaron presentándose en las casas de las familias que escaparon de Cuba. El recibimiento fue en inicio muy frío.
“Muchos son ancianos y aunque nunca hemos pedido dinero, había un enorme escepticismo. Llegamos a ofrecernos a pagar nosotros. Hemos ido creciendo y perseverando y en los últimos años, con la enfermedad de Fidel y el proceso de apertura, vemos que se acerca nuestro momento. Al menos estamos en un escenario más favorable”, asegura en declaraciones a El Confidencial.
Cabarrocas dice estar convencido de que conseguirán recuperar al menos una parte “en un plazo inferior a 10 años”.
Aunque hasta la fecha ni siquiera existe la posibilidad de abrir un expediente, ni han empezado a trabajar sobre el terreno, su argumentación legal se fundamenta en los precedentes.
“Sólo reclamamos patrimonio inmobiliario y ha habido muchos casos parecidos en los últimos 100 años. Cuando se acaba una dictadura, el 90% de las veces se produce algún tipo de reversión porque se necesita alcanzar algún tipo de seguridad jurídica para atraer la inversión. Pasó en Alemania Oriental, en la Unión Soviética, en Chile… Y desde Washington se va a presionar en las negociaciones si Cuba quiere levantar el embargo”, argumenta.
La idea también se ha extendido a Miami, donde varias firmas de abogados han iniciado campañas para localizar clientes entre la diáspora cubana.
“Tenemos gente en Cuba ya preparada para empezar las reclamaciones. La mayoría de los cubanos que se mudaron aquí se trajeron escrituras y las han ido metiendo en sus testamentos. Yo no creo que se pueda recuperar todo, ni tiene sentido reclamarlo, habrá que negociar caso por caso, ofreciendo inversiones para que el gobierno cubano reciba algo a cambio. Están en juego muchos miles de millones de dólares, pero yo descartaría las indemnizaciones porque Cuba no tiene dinero para ello”, asegura el abogado Leoncio E. De la Peña, propietario del Grupo De la Peña y quien pasó por Madrid en julio buscando asociarse con algún bufete.
Según Cabarrocas, no son más de 3.000 las familias que perdieron patrimonios importantes en Cuba. Se concentraron, dice, en tres zonas geográficas. “Un tercio fueron a España, otro tercio a EEUU y el restante a los países del entorno caribeño”. En España, calcula que recalaron alrededor de mil familias. “Fundamentalmente en la cornisa cantábrica, Madrid y Cataluña”, dice, asegurando que está en contacto con la mitad de ellos. “Unos 200 ya han firmado con nosotros y estamos conversando con otras 300 familias”.
Entre las propiedades que han ido incluyendo en sus expedientes se encuentran aeropuertos, puertos, grandes extensiones azucareras y la finca de tabaco más grande de Cuba. “Además tenemos asociadas varias órdenes religiosas, como los Escolapios, y a la masonería”, dice Cabarrocas.
Desde La Habana, el Gobierno cubano niega rotundamente cualquier posibilidad de negociar las propiedades que fueron nacionalizadas, una postura en la que no han cedido ni un palmo en la mesa de negociaciones con Washington. Y los expertos consultados también se muestran escépticos.
“En Cuba no se está produciendo una transición política, sino una liberalización económica. Habrá que ver cómo evoluciona pero ahora mismo estamos muy lejos de una situación en la que los patrimonios puedan retornarse”, dice Susanne Gratius, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid y analista asociada del FRIDE para asuntos cubanos y agrega “Si tuviese parientes en esa situación, no les recomendaría pleitear en estos momentos”.