Rosa Martínez
HAVANA TIMES — La situación de los cerca de dos mil cubanos que se encuentran varados en territorio costarricense ya no es noticia para casi nadie.
Las imágenes de jóvenes, niños, mujeres embarazadas y personas no tan jóvenes huyendo del maltrato impune de las fuerzas policiales de Nicaragua han dado la vuelta al mundo.
Si quedan algunos coterráneos que no estén al tanto de lo sucedido son precisamente los que viven en la Isla, los que deberían estar mejor informados, y ahora mismo deberían estar gritando o marchando pidiendo un mejor trato para quien puede ser un familiar, un amigo de la escuela, un antiguo compañero de trabajo, un vecino o un simple conocido.
Los rechazados por el Gobierno de Daniel Ortega no son criminales. Entre ellos hay ingenieros, maestros, médicos, amas de casa, carpinteros, pioneros, bailarines… son personas comunes y corrientes con los mismos sueños y la misma esperanza: tener una vida mejor en Estados Unidos.
No vale la pena hablar de culpables, pero si lo hiciera, tendría que poner mi nombre en primer lugar, también el tuyo, el de al lado, el otro y el de muchos más, por mirar y callar.