LA HABANA, Cuba – “Frontrerear es un paseo”, me dice Lázaro Jaime, vecino de Centro Habana. Después me cuenta la historia de su primo que llegó a la frontera de México con los Estados Unidos en diez días, desde la salida de Ecuador.
Irse “frontereando” es el calificativo con el que los cubanos bautizaron a quienes escapan de Cuba hacia los Estados Unidos a través de ruta de Centroamérica, partiendo desde Ecuador hasta la frontera de México con el país norteño.
La cifra de cubanos que arribaron a los Estados Unidos a través de la frontera con México en el 2015 asciende a 27 588. El fenómeno, que adquiere categoría de éxodo masivo, es ocultado por los medios informativos de la isla. Solo mencionan el tema para atacar la política migratoria de los E.U.A. con los cubanos.
Dentro de Cuba se ignoran los peligros que implica la ruta centroamericana hacia el norte. Los cubanos observan el resultado de los que llegan mientras el gobierno censura el tema, y con ello las debidas campañas de desestimulación mediante la descripción de los peligros que entraña.
La suerte de los cubanos retenidos en la frontera de Nicaragua con Costa Rica es desconocida en la isla.
Los cubanos se enteraron de la crisis migratoria a través de la conocida “antena”, señal de televisión ilegal que llega hasta las casas de la isla; también por el llamado “paquete semanal”.
Sin embargo basta preguntar a cualquiera para conocer los pormenores de cómo llegar a los Estados Unidos a través de la ruta de Ecuador. Utilizada en los últimos años por el 90% de los cubanos que emigran de forma ilegal hacia los Estados Unidos.
La génesis de la crisis
La ruta de Ecuador se inició en el 2008 con la flexibilización de las leyes migratorias ecuatorianas que abrieron las fronteras y permitieron, ese mismo año, el ingreso de 10 948 cubanos.
Durante los primeros tiempos la mayoría de los cubanos que viajó a Ecuador tuvo la intención de adoptar la ciudadanía de ese país para entrar y salir de la isla con el objetivo de importar mercancías a Cuba.
El proceso de comercialización fue truncado por las medidas adoptadas por el gobierno cubano mediante la Aduana General de la República, que eliminó de golpe a los llamados “trapotraficantes”, vendedores de ropa y otros productos.
Durante cinco años la Dirección Nacional de Emigración ecuatoriana registró 106 371 arribos de cubanos, de los cuales 8 mil no habían reportado su salida del país.
En el 2013 los cubanos ya habían redirigido sus intereses en Ecuador. La minoría de los que adoptaron la ciudadanía ecuatoriana buscó mercados para la importación menor de ropa en Panamá y Perú.
La mayoría de los que intentaron su asentamiento en el país centroamericano, desistieron y se unieron a la nueva oleada de emigrantes hacia los Estados Unidos.
A finales del 2013 el Anuario Estadístico de Entradas y Salidas Internacionales de Ecuador registró el ingreso de 19 964 cubanos.
Ahora, dos factores se unieron para facilitar la explosión de emigrantes que provocó la actual crisis cubana en las fronteras de Nicaragua y Costa Rica.
Lo primero fue la aprobación en Cuba de la venta de propiedades como casas y autos. Este paso permitió obtener el dinero necesario a los cubanos, que no creen en las soluciones del gobierno para mejorar al país.
La huida “frontereando” se comportó desacelerada hasta que, en diciembre del 2014, los gobiernos de La Habana y Washington restablecieron relaciones.
Desde entonces no es difícil percibir cómo desaparecen los vecinos o los autos del barrio. El temor a la eliminación o transformación de La Ley de Ajuste Cubano se convirtió en el motor impulsor de los cubanos para huir de la isla.
Una muestra local la encontré en el edificio donde resido. De 32 apartamentos, 4 quedaron vacíos en el transcurso de un año, y uno está pendiente a incorporarse a la lista.
Tomado de Martí Noticias
