El nuevo sistema de mensajería por internet Telegram se halla en el ojo del huracán de los atentados en París porque permite una encriptación casi perfecta que utilizan los miembros del grupo Estado Islámico. Su creador hace solo dos años, el ruso Pavel Durov, comunicó que en la noche del miércoles al jueves había bloqueado 78 cuentas relacionadas con Daesh en doce lenguas diferentes.
“El sistema de encriptación está por todos sitios”, afirma desde Alemania Frank Rieger, un hacker del Chaos Computer Club. “What’s App está ahora encriptado, así como los sistemas bancarios. Y si desde el principio se hubiera querido romper la encriptación para que los Gobiernos hicieran de reguladores, se habría pinchando a todos los ciudadanos. Pero no a los terroristas porque su sistema no se puede romper”.
Las ventajas de Telegram, respecto a otros sistemas de mensajería, es que su encriptación no deja rastro y se puede destruir en un tiempo a escoger entre quince, treinta o sesenta segundos. Además,los responsables del servicio se niegan a transmitir los datos a las autoridades. Durov, que se marchó de Rusia por los problemas con el poder tras poner en marcha un Facebook (VKontakte) más popular en el país que la red socialestadounidense, vive ahora en Estados Unidos y practica una ideología libertaria no exenta de un acusado liberalismo.
