En el año 1980 se registró la salida de 125 mil personas de Cuba, catalogado como el éxodo de Mariel, siendo así la mayor movilización de inmigrantes en la historia cubana. Sin embargo 2015, a pesar que ya casi acaba, se perfile como un año donde dicha migración masiva podría repetirse.
Se espera que este año unos 45 mil isleños se desplacen en buses, barcos, taxis o a pie desde Ecuador u otros países de Sudamérica, miles más saldrán en balsas a través del estrecho de la Florida. Muchos se encuentran temerosos de que la normalización de relaciones entre América del norte y Cuba termine con los privilegios migratorios, que datan de la Guerra Fría, de los que gozan los cubanos.
El éxodo por tierra causó una crisis fronteriza en Centroamérica, desató tensiones entre Estados Unidos y Cuba, cuya relación se ha distendido, y provocó un aumento de solicitudes al gobierno de Estados Unidos para que ponga fin al derecho que tienen los cubanos de pedir la residencia legal un año después de que toquen suelo estadounidense.
A todo esto se le suma el daño que les pueden infligir a los inmigrantes los policías, guardias fronterizos corruptos, bandas criminales o traficantes de personas, quienes les hacen la vida imposible. Una vez llegan a la frontera con Estados Unidos solo deben ir al puesto fronterizo y declarar su nacionalidad para poder ingresar.
Cuando se les pregunta por el secreto del éxito de su travesía, cubanos entrevistados en refugios a lo largo de la frontera entre Costa Rica y Nicaragua respondieron, casi de manera unánime, que los teléfonos celulares baratos, los planes de datos y Facebook son los responsables.
En una escala de su viaje, les permitió establecer contacto con una red de cubanos altamente organizada, bien financiada y cada vez más exitosa, que utiliza las redes sociales y las aplicaciones de smartphones para guiar a los que vienen en una travesía de unos 5.500 kilómetros por tierra, y que se ha vuelto la ruta principal del éxodo isleño a Estados Unidos.
Con información de: El Nuevo Herald
