El Nuevo Herald-.
El rito del pavo asado no encuentra rival en los restaurantes de Estados Unidos en la comida de Acción de Gracias de este jueves, la más familiar del año, a la que se suman con igual fervor de intimidad y apetito los hispanos afincados en este país.
Es la “llamada” que impulsa -aunque sólo sea una vez al año- a los estadounidenses a recorrer miles de kilómetros, como si fuesen salmones remontando la corriente del río, para reunirse con los suyos en casa o en un restaurante.
Y es que la emoción de la comida del Día de Acción de Gracias (“Thanksgiving Day”) cuaja, sobre todo, en la cocina del pavo, a cuyo éxito contribuyen no menos las deliciosas guarniciones y rellenos que lo acompañan.
Desde la clásica salsa de arándanos o de castañas hasta el relleno de salchicha con manzana y salvia, los panecillos de maíz o el humeante “gravy” (jugo de la carne asada), todo contribuye al éxito y mayor gloria del pavo.
Es el banquete al que estadounidenses, inmigrantes (con o sin papeles), creyentes o ateos por la gracia de Dios se entregan con júbilo y firme apetito en los hogares y restaurantes.
La calidad de la cosa ha mejorado bastante desde entonces. Pero lo que no ha variado es la evocación de recuerdos de familia, el placer de escuchar el relato de los mayores.
Ward desgranó el menú de BLT Prime para la cena de Acción de Gracias, una propuesta que, apuntó, “contiene lo mejor de ambos mundos, si te encuentras lejos de casa y quieres saborear un delicioso pavo con todos sus acompañamientos”.
Tajadas de pavo relleno de castaña y salchicha, regado con el clásico jugo de asado (gravy) a base de romero, y una salsa de arándanos y granadina.Incluye un preámbulo de cuchara: una sabrosa sopa casera de manzana a la miel con castaña o un risotto de semillas de calabaza al azafrán.
Como dulce corolario, una deliciosa tarta de calabaza con helado de vainilla o el pudín de arándano con nueces.
Se trata de un menú diseñado para “nuestros clientes salgan del restaurante con el estómago lleno y con felices recuerdos, como si hubieran estado en su casa”, puso de relieve Ward.
Y es que son cada año más los establecimientos que abren sus puertas en Miami para festejar esta fecha de intimidad a mesa y mantel, ante la falta de tiempo de muchos para cocinar o la negativa a poner la cocina hecha un Cristo y naufragar en el intento.
Algunas propuestas que merecen considerarse: The Social Club, en el hotel Kimpton’s Surfcomber de Miami Beach, sobresale con un menú degustación que ofrece un plato de cuchara, sopa de calabaza asada, para abrir apetito, seguido de jamón de pato con queso cheddar añejo y la roulada de pavo crujiente sacramentada con las clásicas guarniciones, como plato de fondo.
De postre, la imprescindible tarta de calabaza con “toffee”, manzana caramelizada y helado de vainilla.
Por su parte, Meat Market, situado en la comercial y bulliciosa Lincoln Road, en South Beach (Miami), ofrece también una roulada de pierna de pavo rellena de pan amargo, maíz peruano, granada y “chutney” de arándano y jengibre, acompañado de verduras frescas braseadas.
One Comment
Leave a Reply