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DANIEL FERNÁNDEZ: Un insulto a los cubanos y su historia

Los actores puertorriqueños Modesto Lacén y Jeimy Osorio caracterizados como Pedro Night y Celia Cruz en la serie ‘Celia’. Cortesía Felipe Triana Read more here: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article46336920.html#storylink=cpy

 

Los actores puertorriqueños Modesto Lacén y Jeimy Osorio caracterizados como Pedro Night y Celia Cruz en la serie ‘Celia’. Cortesía Felipe Triana Read more here: http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article46336920.html#storylink=cpy
Los actores puertorriqueños Modesto Lacén y Jeimy Osorio caracterizados como Pedro Night y Celia Cruz en la serie ‘Celia’. Cortesía Felipe Triana

Una vez más se levanta la ola racista contra los cubanos exiliados. A los que nos oponemos a la componenda Obama/Castro se nos acusa de intolerantes, aunque en días recientes en la Feria Internacional del Libro, creada y dirigida por cubanos exiliados, participaron dos escritores que viven en Cuba, y un grupo teatral de la isla presentó una obra en el Miami-Dade County Auditorium. También la televisión cubana, por encima de toda lógica, podrá verse en esta ciudad.

Se nos acusa de racistas, cuando en Cuba los cantantes negros eran dioses populares, como Rita Montaner, Beny Moré, Barbarito Diez y hasta Bola de Nieve, que además era gay, cosa que le hubiera cerrado el camino en el resto del planeta en esos años.

Estas circunstancias y el escándalo provocado por la irreverente serie Celia, que transmite la cadena Telemundo, me hacen recordar los tiempos del “cubanbashing”, en los años 1980, que culminaron con el filme Scarface, que puso como gran delincuente psicópata a un cubano exiliado, quizá porque era la comunidad más pequeña y no importaba cómo fueran a protestar. No ha habido nunca un cubano exiliado como el de ese filme.

Pero lo de Celia se sale del plato y del plató. En la entrevista que le hizo Arturo Arias-Polo al coescritor de la serie, Andrés Salgado, este confiesa que: “Toda la investigación fue reinterpretada para que fuera armónica en un medio puramente de entretenimiento”. ¿Es que acaso la verdad no entretiene? ¿Para qué “investigan” entonces, si ya van con prejuicios de antemano y tergiversan, hasta el insulto, al personaje, a la historia de Cuba y a la comunidad exiliada? Y si van a “reinterpretar”, por qué se aprovechan de la fama de una persona fallecida como gancho publicitario.

Todo lo que de verdad hayan podido averiguar lo han ignorado olímpicamente y se limitan a repetir mentiras del castrato como cuando asevera Salgado que “Cuba era el burdel de Estados Unidos”, y otros esquemas falsos de la propaganda comunista, dando una imagen denigrante de Cuba y los cubanos anteriores a la tiranía de los Castro. Cuando se hace un tema histórico hay que tener un mínimo de rigor, sobre todo, si se trata de un icono de una comunidad.

Pero Salgado parece ignorar la historia cultural de Cuba.

Cuba estaba llena de cantantes de todos los sexos y colores y hasta un transformista chinocubano, el gran Musmé, cantaba vestido de mujer, décadas antes de que eso fuera tolerado en el continente. El ser cantante no solo era bien visto, sino que se estimulaba a través de programas radiales para aficionados.

Cuba era un emporio de riqueza para cantantes del mundo que hasta vivieron en Cuba, como Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Lucho Gatica, Daniel Riolobos, Myrta Silva (que aparece en la serie) y otros. No había nada mejor que ser cantante en La Habana de los años 1950, donde se desarrollaba la televisión y los cantantes latinoamericanos iban a debutar en ese medio que no existía en sus países. ¿De dónde sale ese padre que se opone a que Celia lo sea? ¿Y por qué asocia Salgado a cantante con prostituta? Es la propaganda castrista la que habla en sus palabras. Cuba no era un país atrasado ni machista como quiere mostrar la serie.

Sus respuestas lo muestran como alguien muy prejuiciado contra los cubanos y su historia, y su manera de referirse a Delia Fiallo expone su falta al respeto debido a las personas mayores, y en este caso, una dama de 91 años, para colmo, pionera en el género que ahora le da de comer. No olvidemos que la telenovela fue creada en Cuba.

Fiallo ha dicho en entrevista que usaba esquemas del gusto del público de su época que combinaban la historia de Romeo y Julieta con La Cenicienta (lo que se sigue haciendo en nuestros días y en todas partes), pero Salgado resume la carrera de Fiallo con un insulto: “Lo único que hizo fue diseñar historias llenas de estereotipos bastante mediocres que contribuyeron a embrutecer y a llenar de machismo a buena parte de la población más vulnerable de Latinoamérica”.

Una pena que alguien se exprese así de un valor cultural aplaudido durante décadas en todo el continente. Además, con esa opinión se contradice Salgado, pues había afirmado que las libertades que se tomaba con Celia eran para que “fuera armónica con un medio puramente de entretenimiento”. Fiallo no inventó el machismo ni el esquema de Romeo y Julieta o La Cenicienta, que, insisto, se sigue usando.

Es una pena que un icono de la cultura cubana del exilio sea desprestigiado de esa forma en una cadena televisiva de esta ciudad, justo donde viven los que sufrieron y sufren igual destino que Celia. No es una pena, es un insulto. Es algo que no solo ofende a los cubanos, sino a todos los televidentes. ¿Es ese el bodrio que se merecen? Porque en cuanto a calidad esa serie es también deplorable. Acentos raros, diálogos insulsos, lenguaje contemporáneo, constante uso de la música… para no volver a mencionar lo dicho anteriormente en cartas y artículos publicados en este periódico (El Nuevo Herald).

 

Written by @norismarnavas

Productora de contenido en Cubanos por el Mundo. Locutora certificada. Profesora universitaria. Investigadora

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