“No habrá guerra entre Rusia y Turquía, pero las relaciones bilaterales entre ambos países se van a resentir”, dijo el Kremlin este miércoles, pese al incidente del avión la jornada anterior.
Es la principal conclusión que se puede sacar de las declaraciones de los principales responsables políticos rusos, que insisten en que sus aviones no violaron el espacio aéreo y hablan de un acto de provocación.
“Tenemos serias dudas sobre si fue un acto premeditado”, decía el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov. “Se parece mucho a una provocación”.