Las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre han sido calificadas tanto por el oficialismo como por la oposición como un “hecho histórico” para Venezuela. Por primera vez, durante 16 años de “revolución” adeptos al chavismo admiten tenerla difícil frente a la oposición venezolana, a la que aseguran, se han sumado más voluntades, por la acentuada crisis de escasez, desabastecimiento e inseguridad que enfrenta actualmente Venezuela.
Pero ¿por qué es tan importante ganar la Asamblea Nacional? En contiendas electorales, el deseo de triunfo es propio de la participación. Pero para Venezuela, ganar la Asamblea Nacional es una tarea de titanes.
Desde la Unidad Democrática se plantea la reestructuración de los poderes y la reinstitucionalización de las instituciones públicas, que aseguran, se encuentran hoy secuestradas por el oficialismo. Del lado del oficialismo, se apuesta a “seguir con el proceso” y defender el legado del comandante” Hugo Chávez, a pesar de las circunstancias país anteriormente expuestas.
La oposición ha calificado como uno de sus más grandes errores, ausentarse en los comicios parlamentarios del año 2005, luego de que el oficialismo ganó la totalidad de los escaños del parlamento con sus coaliciones electorales Bloque del Cambio y MVR–UVE (llamada esta última coloquialmente “las morochas”) siendo 114 curules para el entonces MVR y los 53 restante para el resto de formaciones oficialistas. Todo esto como consecuencia al retiro de los candidatos de algunos partidos de la oposición.
Si bien es cierto que a los parlamentarios no les otorgan recursos de administración pública, ni rigen en su totalidad las directrices nacionales, el poder legislativo, cumple un papel fundamental en el equilibrio de la democracia de cualquier país.
Para Venezuela, desde la Asamblea Nacional es posible:
– Legislar en las materias de competencia nacional y sobre las ramas del Poder Público Nacional: Venezuela enfrenta una crisis socio-económica de proporciones nunca vistas en la historia de la nación suramericana, ocasionadas a juicio de especialistas, por los asfixiantes controles de precio, cambiarios e inseguridad jurídica para la inversión extranjera. En materia de seguridad ciudadana, pueden lograrse reformas dentro del sistema judicial, penitenciario, así como la exigencia de planes de prevención en los sectores de mayor incidencia delictiva, la promoción de un plan Desarme efectivo y la revisión del Código Orgánico Procesal Penal.
– Proponer enmiendas y reformas de la Constitución: La constitución, vigente desde 1999, puede ser reformada desde el seno de la Asamblea Nacional, en beneficio de los venezolanos o – sin la debida supervisión de un parlamento equilibrado- en beneficio del poder de turno.
– Ejercer funciones de control sobre las instituciones y funcionarios públicos: las investigaciones de funcionarios inmersos en actos delictivos como hechos de corrupción, nepotismo, malversación de fondos o vínculos con el narcotráfico. Es deber de los parlamentarios, la apertura de investigaciones a aquellos funcionarios que por ley, deben gozar de una conducta y reputación intachable y dar con el fin de este seguimiento, para buscar a través del mecanismo regular, la aplicación de la sanción pertinente.
– Discutir y aprobar el presupuesto nacional, así como los créditos adicionales a éste: El gobierno de Nicolás Maduro ha sido cuestionado, entre otras cosas, por su “extraño” orden de prioridades para destinar los recursos nacionales. Tras la caída de un avión Suhkoi ruso, Maduro decidió la compra de 12 cohetes más, a pesar de que Venezuela no posee conflictos bélicos y que han sido adquiridos sólo con fines de práctica. Sin embargo, esto fue noticia, dado que la suma de compra rondó los 500 millones de dólares, cifra que fue del desagrado de los venezolanos, considerando la crítica situación de escasez, precarias condiciones de salud pública y la falta de inversión en el sector educativo. Entonces, se entiende, la Ley de Presupuesto Nacional, es aprobada o rechazada desde la Asamblea Nacional.
