Estados Unidos puso fin este domingo al polémico programa de recolección masiva de datos telefónicos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) revelado en 2013 por el contratista Edward Snowden.
Ayer entró en vigor la reforma de la ley de vigilancia de la NSA que impide que el Gobierno recolecte directamente los datos telefónicos sino que tendrá que solicitarla a las compañías en caso de que la requiera por motivos de seguridad.
El Congreso aprobó en junio la reforma de la norma conocida como “Ley de Libertad de EEUU”, promulgada inmediatamente por el presidente Barack Obama.
La reforma enmienda ciertos apartados de la “Ley Patriota”, aprobada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, como la recolección masiva de datos telefónicos.
Una corte secreta conocida como FISA supervisa el programa desde 2006 y los analistas de la NSA aseguran que solo acceden a datos telefónicos con propósito de buscar sospechosos en investigaciones antiterroristas.
Algunos senadores republicanos, liderados por el aspirante presidencial Marco Rubio y por el legislador Tom Cotton, habían intentado retrasar el fin oficial del programa tras los atentados de París del 13-N.