Los balleneros japoneses vuelven al Océano Antártico. Pese a la prohibición impuesta en 2014, el país nipon ha retomado la caza de ballenas defendiendo sus “fines científicos”, aunque ha tenido que limitar a 333 el número de capturas autorizadas a sus barcos, frente a las 950 de otras temporadas.
La medida no ha sido bien recibida por numerosas organizaciones de defensa del medio ambiente y países como Australia, que incluso se plantea enviar un barco para patrullar la zona.