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Las autoridades costarricenses retirarán a los cubanos de la frontera con Nicaragua

En Cuba el régimen está creando una migración forzosa, no un éxodo; es una expulsión de la capa social media, no una huida; y es una crisis humanitaria, no una migración de carácter político o económico.

Las autoridades costarricenses buscan la forma de que al menos 250 cubanos abandonen las inmediaciones de la Dirección General de Migración y Extranjería, ubicada en Peñas Blancas, puesto fronterizo con Nicaragua.

La tensa relación que se vive entre ambos países, la falta de condiciones del lugar para albergar a los emigrantes y la nula posibilidad de que estos abandonen Costa Rica por la zona, hacen que se apresure esta acción.

“Es una situación que se debe atender pronto, sobre todo porque por esta frontera no van a poder seguir su camino”, declaró Sandra Saborío, jefa de operaciones de la Comisión Nacional de Emergencias.

Para ello, ya se trabaja en la apertura de tres nuevos albergues en los pueblos de San Dimas, Las Vueltas y Barrio Irvin, todos dentro del cantón de La Cruz, provincia de Guanacaste.

En su mayoría, los cubanos que todavía permanecen en Peñas Blancas lo hacen con la esperanza de poder cruzar la frontera. “Preferimos quedarnos aquí por si Nicaragua abre las puertas. Si estamos cerca, nos garantizamos el paso; si no, no sabemos”, dijo Milton Hernández a DIARIO DE CUBA hace dos semanas, cuando los cubanos acababan de quedar varados en Costa Rica.

Sin embargo, después de la reunión de cancilleres de la región la semana pasada en El Salvador, el Gobierno de Nicaragua dejó clara su posición de no permitir el paso de cubanos por su territorio e incluso reforzó su vigilancia en la frontera. Esto hizo que muchos emigrantes cambiaran de opinión.

Según los datos de la Comisión Municipal de Emergencia de La Cruz, de 800 cubanos que permanecían en Peñas Blancas el 17 de noviembre, hoy se cuentan 250, y esta cifra sigue bajando.

Migración y Extranjería continúa reportando la devolución de cubanos por parte de las autoridades nicaragüenses. Se trata de emigrantes que contratan los servicios de traficantes de personas, pero que en el camino son abandonados, y en algunos casos asaltados por los mismos “coyotes”, quienes cobran en promedio 150 dólares por persona, con la promesa de llevarlos hasta Honduras.

Quienes aún se encuentran es el puesto fronterizo deben dormir a la intemperie, con recursos sanitarios limitados y sin tener seguras sus tres comidas diarias. Además de que los costos de los productos en los comercios aledaños son más elevados que en el centro del cantón de La Cruz.

San José continúa negociando con los gobiernos de la región la forma de crear un corredor humanitario para los más de 4.000 cubanos que se encuentran en Costa Rica.

Este martes, el vicecanciller costarricense, Alejandro Solano, sostendrá una reunión con la subsecretaria de Relaciones Exteriores de México, Socorro Flores y el vicecanciller de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, a fin de intentar encontrar una solución a este tema.

La posibilidad de que atraviese Nicaragua está descartada por la rotunda negativa de las atoridades de ese país.

 

Con información tomada de Diario de Cuba

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