Las historias de los cubanos que se encuentran en Costa Rica son cada vez más sorprendentes. Una pareja relató su travesía y de cómo Traficantes colombianos los abandonaron a su suerte en una isla desierta entre la frontera de Colombia y Panamá.
“Colombia fue uno de los momentos más duros, más difíciles, pensábamos que nos íbamos a morir” comento Liz Valdés, quien junto a su esposo Eduardo Quintana conforman uno de los tantos matrimonios que se pueden encontrar en los refugios de Costa Rica. “Cuando pasamos por un lugar que marca la frontera entre Colombia y Panamá, allí nos dijeron que nos bajáramos y que entráramos un poco y allí mismo podíamos seguir” relató Eduardo quien dio la suma de 1600 dólares para que los Traficantes los trasladaran junto a su esposa.
La pareja comentó que todo fue un plan para robarles el dinero, llegaron muy temprano y esperaron varios días sin observar ningún tipo de movimiento de personas en los alrededores. Preocupados por no tener alimentos, tuvieron que ingeniárselas y recurrir a sus instintos de supervivencia.
“Allí lo que teníamos era pura agua de manantial, no teníamos nada que comer, ya al quinto día nos tocó comer babosas que estaban pegadas en las piedras por que caminamos tanto que no llegábamos a ningún lugar” relató Valdés.
La pareja se encontraba con otros seis migrantes que también fueron víctimas de los Traficantes, luego de cinco días y con las pocas fuerzas que le quedaban, decidieron emprender una larga caminata hasta el otro costado de la playa, de esa manera visualizaron una embarcación que les presto el apoyo para que siguiera su camino.
Sin embargo aún continúan con la incertidumbre de si podrán llegar a Estados Unidos, varados junto a los miles de cubanos que esperan una solución en Costa Rica.
Fuente: MartiNoticias
