El Comercio-. Este verano puede ser el tiempo ideal para iniciar a los más pequeños de la casa en el camino de los idiomas. Las ventajas ya han sido demostradas hasta la saciedad: los niños tienen mucha más facilidad que los adultos para aprender, y estudiar tempranamente una lengua extranjera les ayuda a desarrollar sus competencias lingüísticas. Además, adquieren una pronunciación más natural y fluida.
Pero ojo: condición indispensable es que las clases sean lúdicas, dinámicas y muy divertidas. Si un niño se divierte, aprende. Por eso es importante que la metodología los mantenga activos y participando. Los expertos señalan que a los 4 años ellos ya identifican el alfabeto visual y auditivamente. A partir de allí pueden sumergirse con tranquilidad en cualquier idioma.
Juegos, canciones, videos y bailes pueden ayudar mucho a un aprendizaje efectivo. Ayuda también el apoyo en casa. Así, si lo lleva de compras al supermercado, puede animarlo a mencionar las frutas en inglés, alemán, francés… Otra opción es jugar memoria con él usando tarjetas con dibujos de objetos o animales cuyos nombres van pronunciando juntos.
Ayúdelo a aprender, pero olvide que su hijo está de vacaciones, y debe disfrutarlas. Así como usted puede disfrutar de la lectura de este suplemento especial que le traemos hoy.
