Diario Extra.- Los oficiales de la Fuerza Pública que permanecen en el portón principal de cada albergue en La Cruz, Guanacaste, y Guatuso en San Carlos pegan el grito al cielo debido a los maltratos que, según ellos, reciben de algunos cubanos.
En cada puesto está destacado un policía, donde debería haber una pareja de uniformados como lo establece el reglamento, que tienen la orden de cerrar el portón a las 9 p.m. para que nadie entre ni salga.
Sin embargo el encierro pareciera no gustarles a algunos migrantes que siguen pegándose la fiesta y como abejones de mayo regresan exigiéndole al policía que los dejen entrar, lo que los enfurece.
Según los cubanos que no se apuntan a la fiesta, entre los grupos de tapis hay mujeres quienes también la emprenden contra el indefenso hombre que permanece toda la noche y madrugada esperando que en algún momento sea agredido.
Un oficial aseguró a DIARIO EXTRA que cada noche la situación se complica una vez que los portones se cierran. “Son las 10 de la noche y todavía anda la gente en la calle fumando y la mayoría tomados haciendo escándalo, donde la noche del sábado a la 1 a.m. llegó un grupo que exigía que los dejaran entrar. A las 3 a.m. seguían llegando de las cantinas que pasan llenas, algunos llegan en carros con mujeres y nosotros solos, debería haber un compañero en cada albergue, estamos disconformes y este fin de semana casi me vapulean”, explicó.
El oficial agregó que seguramente los altos mandos desconocen la situación que están viviendo.
VECINOS MOLESTOS
Trascendió que el grupo de borrachos fue identificado y pasado con un informe a los superiores de la Fuerza Pública. Fuentes confidenciales comentaron que la misma noche del sábado llegó un grupo de 11 cubanos pasados de tragos exigiendo la entrada y ante la negativa del policía decidió quedarse en la calle, donde los vecinos los han puesto en su lugar.
Inclusive los lugareños aseguran que no solo el ruido es un problema, la basura y la música de los vehículos en los que llegan han ocasionado diferencias, donde los únicos que ganan con la llegada de los isleños son los comerciantes.
SIN QUEJAS
Marisol Flores, jefe policial en la Zona Norte, manifestó a DIARIO EXTRA que no ha recibido denuncia alguno por parte de los compañeros. “En los dos albergues de La Cruz mantenemos dos policías y en el resto que son los más pequeños hay uno, para seguir cuidando la ciudadanía. Hasta el momento no he recibido quejas de ningún policía que haya sufrido algún maltrato. Sabemos que algunos cubanos intentan ingresar después de las 9 p.m. pese a que conocen el reglamento que está pegado y se les comunicó a viva voz, ellos deciden dormir afuera”, detalló.
Flores agregó que hay un supervisor las 24 horas que visita los albergues y en caso de alguna anomalía el policía debe comunicar de inmediato. No se descarta que debido al estrés que viven los caribeños en cualquier momento se presente una trifulca, sin embargo cabe destacar que son la minoría los problemáticos.
