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Palabras a los cineastas cubanos

“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y hablar sin hipocresía” -José Martí.

por Lynn Cruz

cartelHAVANA TIMES — En un momento que La Habana está en medio del XXXVII Festival de Nuevo Cine Latinoamericano (3-13 de diciembre) hay temas importantes de debate entre los cineastas de la Isla sobre el futuro de la industria y la relación con las autoridades.

El pasado 28 de noviembre, tuvo lugar la asamblea del G20, un grupo de cineastas, que defiende la legitimación de las productoras independientes, demandando para ello la aprobación de una ley de cine. La sede de estos encuentros es el espacio Fresa y Chocolate, que pertenece al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, ICAIC, y esta vez, el tema a discutir sería la censura.

Lo primero que llamó mi atención fue que se analizara en el espacio Fresa y Chocolate, “el caso Cremata”, (como se le nombra entre el gremio de los cineastas) y con la presencia de Roberto Smith, presidente del ICAIC, pues lo sucedido con la obra El Rey se Muere, del propio Cremata no tiene nada que ver con el ICAIC.

La obra fue censurada el pasado 6 de julio por Gisela González, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), quien acusó a la obra y a su director de haberse burlado de Fidel Castro, y provocó que Cremata, desde hace seis meses se encuentre incapacitado para volver a exhibir una obra de teatro en Cuba.

El cineasta y director teatral cubano Juan Carlos Cremata Malberti

El cineasta y director teatral cubano Juan Carlos Cremata Malberti

Puesto que la mayoría de los directores y directoras de teatro cubano, más representativos, optaron por el silencio, los de cine, decidieron salir en defensa de Cremata quien también pertenece a este gremio.

Tal vez sea porque los cineastas gozan de mayor libertad, pues muchos ya no dependen de la institución para la realización de sus obras, o es posible también que inconscientemente consideren que siendo el CNAE y el ICAIC instituciones estatales, entonces da lo mismo discutirlo con cualquiera de las dos.

Arturo Arango en: “Sábado Plural y Reflexivo”, hace un resumen de lo ocurrido en este último encuentro y cito: “Cultura cubana” y “Revolución”, reconoció Smith, “pueden tener diferentes significados para los que estamos compartiendo este espacio. Entre nosotros están cineastas de distintas generaciones y de disímiles experiencias. Vivimos la misma realidad, pero los puntos de vista pueden ser diferentes, contradictorios o antagónicos. La diversidad no debería separarnos”…

Hasta aquí pareciera que el diálogo fue fluido. Luego la periodista Luz Escobar, del diario independiente 14 y Medio, en su artículo: “Los cineastas se movilizan contra la censura”, describe un hecho que hace tragarse a Smith sus propias palabras: “La reunión tuvo su momento más tenso cuando un funcionario del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficas (ICAIC) intentó sacar del local Fresa y Chocolate al activista opositor Eliécer Ávila, que había acudido a la convocatoria pública”.

Sobre este hecho, Arango en sus reflexiones refiere: “Minutos antes de que terminara la Asamblea, un episodio que los sensacionalistas de seguro van a difundir de forma epidérmica interrumpió su natural desarrollo. Yo prefiero en esta relatoría no desviarme de lo esencial: las ideas que allí se expusieron”.

El edificio del ICAIC. Foto: uneac.org.cu

El edificio del ICAIC. Foto: uneac.org.cu

Según este comunicado, la presencia de Eliécer Ávila, no paralizó la reunión de los cineastas ni les hizo perder el objetivo de la misma.

Ahora bien, el periódico Granma en su edición del sábado 5 de diciembre, publicó en la página de las Culturales, “Herederos de Martí”, un artículo de Amelia Duarte de la Rosa, donde también se refiere a este hecho: “la periodista Magda Resik, al frente de la Comisión de Medios, dio lectura a una declaración de la presidencia del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), que rechaza los intentos contrarrevolucionarios de distorsionar el trabajo que de manera conjunta vienen realizando los cineastas cubanos y el ICAIC para encontrarle solución a los problemas de la creación audiovisual, incluida la base jurídica que propicie su desarrollo”

Lo cierto es que los cineastas continúan esperando desde hace dos años por la respuesta a su reclamo de una ley de cine, sin embargo, el motivo de la reunión en este caso, fue la censura, aspectos estos que no se mencionaron en el Granma.

El G20, surgió de manera espontánea. Disciplinadamente, este grupo ha invitado a la institución cine para que participe de sus debates, y funja como mediadora, dada la imposibilidad que han presentado en entablar un diálogo directo con otras instituciones que puedan brindar una respuesta concreta.

Es evidente que el espacio elegido por los cineastas, los ha hecho caer en una trampa, creyendo ser ellos los que protagonizan el destino de sus reuniones, pues un elemento perturbador para los funcionarios allí presentes, como fue la presencia de Eliécer Ávila, desenmascaró la estructura ficticia de espontaneidad y de diálogo.

La misma intolerancia, que se estaba denunciando con “el caso Cremata”, fue la que puso fin a la asamblea, y de este modo hasta la propia censura denunciada, esa tarde de sábado, quedó censurada.

Más adelante en su artículo, Duarte de la Rosa cita: Miguel Barnet expresó: “Indignados por esta situación que se creó el pasado sábado, creo que nuestro Consejo debe pronunciarse en apoyo a las instituciones y a los creadores revolucionarios. No podemos permitir que la contrarrevolución se mezcle con nuestros artistas en el espacio de libertad y diálogo fundado por la política cultural de la Revolución desde las Palabras a los intelectuales de Fidel.

Sucede que el Consejo que defiende Barnet, entiende que bajar el tono y estar de acuerdo con los políticos, es lo que significa ser un artista revolucionario. En el pasado congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), se opusieron a hablar de Ley de cine. Así mismo la UNEAC, no ha mostrado ningún apoyo desde que comenzó el G 20.

¿Está cambiando la relación o regresando a conflictos pasados?

¿Está cambiando la relación o regresando a conflictos pasados?

Y a propósito, si se trata de contar la Historia, sobran los ejemplos de artistas e intelectuales que han sido silenciados, de hecho el propio Barnet en su momento fue incómodo y también padeció el silencio.    

Arango concluye su texto citando al crítico de cine y periodista, Dean Luis Reyes: “El cine de hoy ya prefigura la sociedad del mañana. Incluso, en su desacuerdo con quienes toman decisiones. O en su repudio a devolver la imagen de un país que ya no existe, para en cambio exhibir un universo de relaciones expandido y en mutación perenne, que no se rige por una doctrina única ni por un cine idéntico a sí mismo”.

Vivimos en una sociedad cada vez más desigual y compleja. Los cambios originados dentro del propio gobierno, hacen cada vez más evidente el divorcio entre el discurso oficial y la realidad. A partir de los lineamientos, el gobierno puso de moda la crítica y la posibilidad de expresar el descontento, pero es evidente que estas manifestaciones están reguladas dentro de los límites permitidos por la oficialidad.

Uno de los aspectos más criticados a Cremata en su protesta, han sido sus entrevistas en medios de “dudosos intereses”, incluso dentro del gremio teatral, le han sugerido que debió hacerlo en el sitio oficial Cubadebate, no en aquellos que “se presten para hacer campañas contra el gobierno”.

La verdad que uno defiende, da igual donde quede expresada. Pero el hecho es que a los políticos no les gusta el arte, porque le temen. La censura a Cremata no es más que una manifestación de miedo a que por fin la intelectualidad cubana comience a nombrar los problemas y a sus responsables por sus nombres.

Written by Havana Times

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