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¿Existe un Plan B para Cuba si pierde el petróleo de Venezuela?

Aurelio Pedroso  (Progreso Semanal)

Cuba no está ya en condiciones de soportar un segundo período especial. Eso lo saben aquí hasta los bisnietos de aquellos perros de raza que muchos insensibles tuvieron que poner de patas en la calle.

HAVANA TIMES – El resultado de las elecciones parlamentarias en Venezuela, por mucho que quieran minimizarla en Cuba, ha representado un duro golpe a la izquierda latinoamericana si sumamos en breve repaso a lo acontecido o por acontecer en Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador.

Si existiese en realidad un plan B por parte de las autoridades cubanas, cosa que nadie debe dudar dado el carácter siempre previsor que ha tenido el presidente Raúl Castro desde los días de la Sierra Maestra, debe encontrarse en la misma caja fuerte, con igual combinación, donde se guardaban las negociaciones secretas con EE.UU. en el preludio del restablecimiento de las relaciones entre ambos países que este 17D cumplen su primer año.

Subestimar la sabiduría y olfatos populares sería un gran error al menos en el caso Cuba donde todos saben leer y algo más importante aún, pensar e interpretar.

El pasado domingo, día del sufragio, no fueron pocos los cubanos que permanecieron pendientes de Telesur y los resultados de las parlamentarias. No eran personas ni funcionarios encargados de monitorear lo que muchos anunciaban como “una jugada cantada”, para luego elevar a niveles superiores del gobierno o el partido las respectivas evaluaciones. No señor, eran gentes de a pie, simples ciudadanos con una preocupación de primer orden para todo el país: ¿Qué pasará con el suministro de petróleo venezolano a Cuba?

Algunos con altas responsabilidades menos las de gastar bromas, se tomaron ciertas licencias para preguntarles a sus amigos si tenían tanque lleno de gasolina y una tanqueta de emergencia con 20 litros.

Cuba no está ya en condiciones de soportar un segundo período especial. Eso lo saben aquí hasta los bisnietos de aquellos perros de raza que muchos insensibles tuvieron que poner de patas en la calle.

Algunos analistas de medios internacionales suponen que de aumentar el cauce derechista en Caracas, con un presunto presidente que ahora se encuentra en difícil situación, Cuba “aceleraría” las relaciones de buena voluntad con Estados Unidos, teniendo en cuenta una posible reducción de los envíos del crudo a la isla. La actual mayoría en el congreso venezolano permite, entre otras facultades, la revisión de acuerdos.

Pero esta catalización, que según ellos aceleraría las relaciones con los Estados Unidos, no sería para Cuba la solución preferida ni la ideal porque, llevado al ajedrez, sería como cambiar un caballo por un peón enemigo.

Me gustaría añadir que la dirección cubana, así como prácticamente el universo de los tanques pensantes nativos o extranjeros, viene previendo desde hace tiempo la readecuación de la política de Washington destinada a recuperar paulatinamente el control hegemónico perdido al sur de sus fronteras. Y Venezuela es punto clave, lo que no quiere decir que el resultado de las elecciones celebradas en esa tierra hermana sea total responsabilidad de maniobras facturadas desde Washington.

Bajo el tapete, el cubano, la gente, supone, se imagina la elaboración completa de un plan B presto a ponerse en marcha llegado el momento. La gente ha seguido viajes de importantes dirigentes en los últimos meses a países productores de petróleo con los que el gobierno mantiene excelentes relaciones e intercambios.

Falso o verdadero, ese incorruptible juez que resulta el tiempo, se encargará de corregirnos.

Written by Havana Times

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