El Comercio|Zona Ejecutiva-. Un reciente artículo de la revista Time señaló que los adolescentes son terribles conductores por culpa del fenómeno conocido como “Fear of Missing Out” (FOMO), que se traduciría como “miedo a perderse algo”. El término describe el temor a estar desconectado de las redes sociales, a través del smartphone o la tablet, y perderse de lo que está pasando dentro de su comunidad de contactos. Este mal no solo aqueja a adolescentes irresponsables, sino también a ejecutivos que caminan por los pasillos de sus oficinas mirando las pantallas de sus smartphones esperando que les llegue la próxima notificación de mensaje.
Como contraparte de esta tendencia, inspirado en el libro “The Joy of Missing Out”, de la autora canadiense Christina Crook, surgió el movimiento JOMO -o “la felicidad de permanecer fuera del mundo”-, que es una respuesta de salud mental frente al estrés que genera la dependencia a la señal de WiFi. Mientras que el síndrome FOMO se refiere principalmente a la incapacidad de encontrar un momento de calma y reflexión, en un mundo en el que las notificaciones e invitaciones a eventos en redes sociales asaltan a muchos usuarios a cada segundo, el JOMO consiste en la búsqueda de equilibrio entre el ser y su entorno, pero sin fotos de Instagram.
En vez de estar obsesionado revisando el correo, el JOMO recomienda aprovechar mejor el tiempo para compartir con la familia, los amigos, planificar el próximo objetivo profesional o el futuro récord deportivo a romper. En suma, la alegría de perderse por un momento de las llamadas o los mails. Lejos de promover la irresponsabilidad, el JOMO propone cumplir con todas las labores, pero asignando un momento para cada tarea, entre ellas una prioritaria: ser felices.
¿Cómo practicar el JOMO?
Según el blog de Christina Crook (www.jomobook.com), existen cinco formas de practicar el JOMO.
1. Como los teléfonos -con sus miles de aplicaciones- se han convertido en oficinas móviles, lo mejor es apagarlos al entrar a casa para dejar en la puerta las tensiones del trabajo.
2. El JOMO no consiste en borrar las preocupaciones del trabajo durante el fin de semana, sino en intentar desconectarse para volver a enchufarse de lunes a viernes. Se trata de recuperar el placer de no sentir ansiedad al oír el teléfono.
3. JOMO no propone esconder los smartphones en un cajón, sino que enseña a que si se busca descansar este se debe dejar en modo silencioso, para que, al levantarse, le dediquemos el tiempo necesario a responder las llamadas o los correos.
4. El JOMO no busca hacer ejecutivos perezosos sino profesionales que mantengan la mente fresca, con actividades que les recarguen de energía, como leer un libro, estar con los amigos o practicar un deporte.
5. Numerosos estudios indican que dedicarle tiempo a la familia genera una sensación de rejuvenecimiento. La familia y los amigos, a diferencia del trabajo, no nos roban energía, por el contrario, la reponen.