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Quién le quita los médicos al pueblo

Hospital-pediatrico-Raimundo-Castro-Puerto-PadreRossana se dirigió al policlínico José Martí de Santiago de Cuba con una remisión para el geriatra. En recepción, cuando trataba de programar un turno, le informaron que en ese policlínico no se está brindando esa consulta. Al preguntar qué hacer al respecto, le dijeron que tratara de averiguar en otros policlínicos o con amigos, o fuera directamente al hospital.

La falta de médicos especializados es uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los ciudadanos. La obtención de un turno puede tardar de uno a tres meses. Los especialistas deben rotar por los diferentes policlínicos y el hospital, por ello en muchos casos llegan tarde a sus consultas. Incluso en los cuerpos de guardia se dan casos de que el paciente debe esperar porque los especialistas se encuentran dando servicio en los salones del hospital.

La situación no es diferente en los consultorios. Creados en los años 80 para brindarles una atención directa al pueblo trabajador, su concepción original de atención a 120 familias por cada médico ha sido duplicada, y en algunas regiones hasta triplicada. La inestabilidad de los médicos les hace imposible mantener el concepto de un tratamiento integral familiar. Se han dado casos de consultorios por los que han pasado más de 10 médicos en un año.

Todo ello es el resultado de las misiones en el extranjero. Es evidente que para el Gobierno cubano y el personal sanitario es más importante conservar este rentable servicio. Mantener los programas de salud en Brasil o Venezuela es vital para los ingresos del Estado. Ello también resulta satisfactorio para todo el personal de la salud que se inscribe gustoso en estas misiones con el claro objetivo de mejorar sus ingresos.

Los pretextos altruistas alegados continuamente por los reportajes de los noticiarios nacionales son una pantalla que nadie se cree.

La desfachatez es tal que incluso galenos recién graduados son enviados a misiones, solo a los pocos días de tomar posesión del consultorio. Al parecer, el ciclo de reposición en el exterior no es suficiente, siendo lo más práctico afectar a los pacientes cubanos que deben conformarse con un desfile de doctores, incapaces de dar seguimiento a los atribulados enfermos.

La reciente medida gubernamental que restringe los viajes del personal médico para proteger “el servicio médico a nuestro pueblo” es en realidad otra manera de preservar el negocio sanitario. No se trata de justificar la llamada fuga de cerebros, sino de poner en tela de juicio las verdaderas razones de tan drástica vuelta atrás. Los médicos que se van son menos de los que permanecen. El aumento de “la deserción” es lo que pone nervioso al Gobierno, pues pueden fallarle los compromisos contraídos.

Es una cuestión de números: si todos los médicos cubanos que se hayan en las misiones estuvieran en Cuba, el servicio médico a la población estaría en mejor estado.

Written by @diariodecuba

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