Cuba y EEUU hablan de compensaciones mutuas y los buitres levantaron vuelo. La familia del mafioso estadounidense Meyer Lansky exige que le devuelvan el hotel Riviera, que fue nacionalizado en 1959, o en el peor de los casos que se lo paguen.
El Sun Sentinel se hace eco del reclamo, es el mismo periódico que acaba de publicar una serie acusando a la comunidad cubanoamericana de abusar de los beneficios que existen en la sociedad estadounidense y de delinquir por encima de la media.
Ahora nos conmueve con la historia de Gary Rapoport. “Le quitaron por la fuerza el hotel a mi abuelo”, dice el nieto de Lansky, quien fuera la mano derecha y administrador de las inversiones en Cuba de Charels Lucky Luciano, el famoso jefe mafioso italo-estadounidense.
El hotel Riviera, inaugurado en 1957, era parte de un plan general para crear una red de casinos en toda la costa norte, controlados por la mafia. Al parecer contaban con el apoyo del Presidente Batista pero antes de concretarse llegó Fidel Castro a La Habana.
Sería paradójico que ahora Washington incluyera entre los reclamos económicos estadounidenses a las inversiones de la Mafia, cuando lo cierto fueron las autoridades norteamericanas las que presionaron a Batista para que expulsara de la isla a los mafiosos.