Diario de Cuba.- El Ministerio de Justicia acaba de dictar tres resoluciones que regulan el tiempo de espera para los servicios notariales y de Registro Civil.
Según publicó el diario Juventud Rebelde, las resoluciones 249, 250 y 251 están destinadas a “agilizar diversos trámites jurídicos que consumen demasiado tiempo y recursos de la población”.
Las nuevas normativas entrarán en vigor el 4 de enero de 2016 y son un reconocimiento tácito del descontrol y la ineficiencia existentes en las notarías y registros civiles cubanos.
“Fíjate si la cosa estaba mala que hubo que llegar al punto de hacer leyes para organizarla”, opina Vania. Ella tuvo una experiencia “agotadora” al tratar de sacar una certificación de nacimiento de su padre en el Registro Civil.
“Mi padre nació en Camaguey y yo pedí la certificación aquí en La Habana”, cuenta. “Se demoraron tanto tiempo que parecía que había que mandarla a pedir a Australia”.
Tres meses le costó a Vania obtener el certificado, pues en el Registro Civil alegaban que había que pedirlo “por teléfono” y que “el teléfono siempre estaba ocupado”. Cuando llegó, tenía errores.
“Aquello fue una tortura”, asegura Vania. “La de nunca acabar”.
Yuleydis estuvo a punto de pasar la misma odisea para sacar la certificación de nacimiento de su bebé de ocho meses. “Su papá es italiano y cuando vino quiso hacer las gestiones para ponerle el apellido a nuestro hijo. Cuando vi que a la segunda semana no estaba la certificación, pagamos 10 CUC y la hicieron ese mismo día”.
Según Alina, trabajadora de un Registro Civil, “lo que se ve aquí es mucho”. Un papel que pudiera estar listo en dos días puede demorarse hasta meses. “Es verdad que a veces tenemos tantas solicitudes y tan poco personal que se nos atrasa el trabajo, pero la verdad es que la mayoría de las veces se demora a propósito, para que la gente se desespere y pague ‘por fuera’ por algo que deberíamos y podemos hacer en tiempo”.
Alina asegura que este tipo de manipulaciones son más frecuentes cuando se sabe que los trámites que está haciendo el solicitante son para cuestiones de viajes, obtención de ciudadanía española o cualquier otra gestión que involucre a ciudadanos extranjeros, como en el caso de Yuleydis. “Cuando aquí huelen los dólares, enseguida empiezan a inventar para sacártelos”.
Con las nuevas regulaciones se pretende detener este tipo de irregularidades, aunque la prensa oficialista no lo diga claramente, pues son las que causan la mayor parte de las ineficiencias en registros civiles y notarías.
A partir de enero, la obtención de documentos y otros trámites tendrán términos establecidos por la ley. Los plazos irán desde los 20 días para los documentos más complejos, como las escrituras de constitución de cooperativas no agropecuarias en las notarías, hasta los dos días para documentos simples como las certificaciones de nacimiento y matrimonio en los registros civiles.
“Eso va a durar hasta que inventen otra manera de sacarle el dinero a la gente”, asegura Alina, “O hasta que nos ‘quiten el pie’ de nuevo”. Y agrega: “Lo que sí no sé cómo se las van a arreglar los registros que tienen falta de personal”.
Pero este último caso no preocupa a Vania o a Yuleydis.
“Ese no es mi problema”, dice Vania. “No es problema del pueblo”.
Para Yuleydis “esa parte les corresponde a ellos. Que luchen para que no les ‘congelen’ más plazas. La culpa la tienen ellos si necesitan más personal y no lo exigen”, sentencia.