Costa Rica ha tenido que anunciar una Alerta amarilla. Abrir más albergues, entregar más colchonetas, aumentar la cantidad de comida que se reparte entre los 3.858 cubanos que se contabilizan en la albergues ubicados en los cantones fronterizos con Nicaragua, es lo ha hecho la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), ante el ingreso de nuevos migrantes.
Todos ellos mantienen la esperanza que la visita del presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís y su comitiva de 31 funcionarios públicos a la isla, logren con su influencia mover el corazón del presidente cubano, Raúl Castro para le diga a Nicaragua que los deje pasar y así continuar su camino en busca del sueño americano.
La expectativa sobre lo que pueda pasar durante la semana de la Navidad y el Año Nuevo, obligó a la CNE declarar alerta amarilla con el propósito de que instituciones como el Cruz Roja Costarricense, Ministerio de Salud, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IFAN) tengan la obligación de mantenerse alerta, más aún porque sus la mayoría de los funcionarios públicos salen de vacaciones el próximo viernes y regresan hasta el 4 de enero.
A la atención de los isleños en el país, también se suma las aglomeraciones que provocarán los turistas nacionales y extranjeros en diferentes puntos del país tico e incluso el flujo migratorio de quienes visitan a su familia en Nicaragua, así como los costarricenses que visitan Panamá por sus compras navideñas. A los cubanos que se encuentran en los albergues de Zarcero, San Ramón, Pérez Zeledón, Guatuso, Upala, entre otros y 64 africanos que están en otro muy cerca de la frontera con nuestro vecinos del sur.
La inversión en la ayuda humanitaria que ha hecho el país ronda los ¢120 millones de la CNE, sin sumarle el aporte de Cáritas de Costa Rica, grupos evangélicos, organizaciones no gubernamentales y todas las instituciones públicas que con su personal atienden las necesidades de los cubanos, incluso la afectiva ya que la depresión ante la incertidumbre y la espera los afecta y enferma. Migración y Extranjería registra el ingreso de 5 mil cubanos y debido a la negativa de Nicaragua, Guatemala y Belice de dejarlos ingresar a esos países, para que crucen la frontera, llegar a México y luego caminar a los Estados Unidos, muchos se han resignado a pasar la Navidad y despedir el año en tierras ticas, sin embargo el presidente Solís confirmó desde La Habana, Cuba, apurar las vías diplomáticas para solucionar la crisis humanitaria.
“No hemos dejado ningún resquicio, ningún esfuerzo para garantizar que los derechos de esos migrantes sean preservados. Queremos arrancarlos de las garras del coyotaje regional”, dijo el presidente Solís a los isleños que esperan buenas noticias desde La Habana.
Fuente: Diario Extra