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Un año después, ¿qué sigue entre Cuba y EEUU?

Por Beatriz Juez

Ilustración por Yasser Castellanos

Ilustración por Yasser Castellanos

HAVANA TIMES (dpa) – La larga enemistad entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos no desapareció con el anuncio del deshielo bilateral. Los nuevos desafíos se van ahora cristalizando paso a paso un año después del histórico gesto de acercamiento entre los dos viejos enemigos ideológicos, consideran los expertos.

Mientras algunos ven más tareas pendientes del lado de La Habana, todos coinciden en que el anuncio del 17 de diciembre de 2014 dio incio a una nueva era entre ambos países.

“No hay que subestimar el valor del simbolismo”, comenta a dpa John McAuliff, director ejecutivo del Fondo para la Reconciliación y el Desarrollo. McAuliff recuerda que hace poco más de un año Estados Unidos no trataba directamente con Cuba en los foros internacionales y ahora ambos Gobiernos mantienen reuniones con frecuencia.

“Hemos logrado más progreso en un año que en los últimos 50”, dice también satisfecho James Williams, presidente de Engage Cuba, una organización a favor de levantar el embargo a Cuba y poner fin a las restricciones de viajes para los estadounidenses a la isla.

“Si se pone en un contexto de 54 años en el que no había habido ningún progreso en ninguno de los temas centrales en la relación, creo que las cosas se están moviendo a gran velocidad. ¿Nos gustaría que las cosas fueran más rápido? Desde luego”, analiza Williams.

“El progreso va más allá de simbolismo, que también es importante”, considera por su parte Michael Shifter, presidente del think tank Diálogo Interamericano.

Juan Carlos Hidalgo, analista de políticas públicas sobre América Latina del CATO Institute, advierte sin embargo que “mucho del entusiasmo alrededor de Cuba este año tiene más que ver con lo que está haciendo Estados Unidos sobre Cuba, que sobre lo que Cuba está haciendo sobre sí misma”. “Ahora el foco de atención está sobre la isla”, considera.

Los avances del último año, no obstante, eran impensables no hace mucho. En 12 meses, Washington y La Habana no sólo han abierto embajadas, sino que los dos países han llegado a acuerdo en materia medioambiental, han intercambiado prisioneros, se han producido avances en materia de telecomunicaciones y aviación y se ha conseguido un acuerdo para restablecer servicio postal directo, entre otros logros.

Castro y Obama se han reunido en dos ocasiones y han hablado varias veces por teléfono. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y los titulares de Comercio, Penny Pritzker, y de Agricultura, Tom Visalck, así como tres gobernadores estadounidenses han visitado la isla.

Estados Unidos ha relajado además el embargo y las restricciones de viajes de los norteamericanos a la isla. Y se ha presentado varios proyectos de ley en el Congreso para desmantelar el embargo a Cuba.

Sin embargo, todavía quedan muchas tareas pendientes tras mas de medio siglo de hostilidades.

Los expertos consultados por dpa coinciden en señalar que para que haya una normalización de las relaciones entre los dos países, Estados Unidos tiene que levantar el embargo y las restricciones de viaje para los norteamericanos. Cuba es el único país del mundo en el que los estadounidenses tienen prohibido hace turismo.

“El término normalización implica que hay una relación como cualquier otra, una relación normal”, considera Hidalgo. “El embargo es un acto de guerra económica”, apunta por su parte McAuliff.

Aunque el presidente Barack Obama ha tomado varias medidas para relajar las restricciones, no puede decretar por su cuenta su levantamiento total. Sólo el Congreso, donde tienen mayoría los republicanos, puede levantar el embargo en su totalidad.

“El próximo paso sería levantar el embargo, pero no creo que los republicanos tengan ninguna intención de hacerlo”, dice Wayne Smith, director del proyecto Cuba del Center for International Policy.

Smith, que lleva décadas abogando por un diálogo entre La Habana y Washington, recuerda que Estados Unidos todavía no ha nombrado embajador en Cuba porque los republicanos lo bloquearían.

“También está la cuestión de las compensaciones por las propiedades estadounidenses (nacionalizadas en la isla tras 1959) y las reparaciones que están pidiendo los cubanos por los costos asociados con el embargo económico. La cuestión de Guantánamo también tiene que tratarse en algún momento”, dice Shifter, quien considera que los temas más espinosos tienen que ver con democracia y los derechos humanos en la isla.

“Es fascinante ver cómo en muchos sentidos las cosas han progresado y cuántos desafíos quedan por delante”, concluye el presidente de Engage Cuba.

Written by Havana Times

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