Si bien se quejaban de su estética, ante la dudosa calidad de los nuevos electrodomésticos, los cubanos preferirían la fabricación de la antigua Unión Soviética.
Cuba puede considerarse un museo de campo del otrora campo socialista. El pueblo de Cuba unánimente hubiese votado por estos electrodomésticos, como los verdaderos héroes de la revolución.
Las reparticiones se entregaban a los empleados, de acuerdo a sus índices de ingresos. La calidad de los productos, comentan los cubanos, es la razón por la que continúan aferrados a estos productos. El refrán de “un mal conocido es mejor que un bueno por conocer” sigue presente en los cubanos, ante la imposibilidad de adquirir nuevos electrodomésticos.
Es prácticamente imposible poder acceder a nuevos equipos, además de que no hay calidad en los electrodomésticos existentes en las tiendas y han aumentado más de 500 por ciento, del precio original.
Fuente: MartíNoticias