La cantante estadounidense no da tregua y ha vuelto a subirse al escenario mostrándose tal y como vino al mundo. Un espectáculo al que nos tiene más que acostumbrados y al que no va a poner fin. La estética de Miley en sus conciertos ha pasado de la provocación al mal gusto.
Parece ser que ya no queda ni rastro de aquella chica Disney que triunfaba sobre los escenarios con el apodo de Hannah Montana. Desde hace unos años, Miley quiso romper con su imagen Disney y de niña dulce para mostrar a una joven adolescente que dejaba la infancia atrás. Lo que nunca nos imaginábamos era que este cambio fuera cada vez a más, hasta un punto incontrolable en el que la joven muestra su anatomía con gestos insinuantes y obscenos cada vez que sube a un escenario.
Su último concierto no ha sido menos. La actriz ha querido despedir el año, prácticamente igual que lo empezó y como lleva haciéndolo todo el 2015, desnudándose en un concierto.
Con una maxi peluca multicolor y otra color rosa, unas medias brillantes sin absolutamente nada de bajo, unas botas altas, arneses plateados que dejan ver sus pechos y colocándose un pene en sus partes íntimas ha deleitado a sus fans con sus canciones. Un atuendo que no deja nada a la imaginación y que ha vuelto a sorprender.
Fuente: Informalia
