Me sorprendo leyendo en los periódicos de Miami la historia de cubano-americanos “perdedores”, quienes forman parte de los casi 4000 personas que “celebrarán” estas navidades sin tener ni siquiera un techo para cobijarse.
En una semana han entrevistado a dos cubanos que viven de la caridad pública en Miami, duermen en parqueos, dentro de sus automóviles y la mujer fue víctima de abuso sexual. El otro es un enfermo crónico que quiere ser repatriado a Cuba.
Durante décadas ese era un tema tabú y la comunidad cubana de emigrados era presentada como la más prospera y trabajadora de los EEUU. Este año el periódico Sun Sentinel rompe mito acusando a los cubanoamericanos de tener un índice de delitos muy superior al de otras comunidades.