Martinoticias.- Aun año de su liberación el ex contratista estadounidense Alan Gross dijo que volvería a Cuba “sin dudarlo”, siempre que el Gobierno comunista prometa no detenerlo, en alusión a los cinco años de cárcel que cumplió por intentar conectar a grupos de cubanos a Internet.
Gross, -que fue detenido en el 2009, condenado en el 2011 a 15 años de prisión y canjeado en diciembre pasado por cinco agentes de inteligencia de la isla-, dijo a la agencia AP que “una gran” cosa que le gustaría ver es el levantamiento del embargo comercial que aplica Washington a La Habana desde hace más de medio siglo.
Sus declaraciones a un año del histórico acercamiento entre los viejos enemigos de la Guerra Fría contrastan con las emitidas el pasado mes, cuando dijo a la cadena televisiva CBS que en Cuba lo habían amenazado con ahorcarlo, sacarle las uñas y hasta con no ver más la luz del día.
Consultado por AP acerca de un eventual viaje a la isla, Gross respondió que lo haría “siempre y cuando el Gobierno prometa que no lo volverá a detener”
Incluso sugirió que “nunca ha estado en un playa cubana”, en aparente alusión a lo que le gustaría hacer si visita la isla.
Abogados y familiares de Gross, de 66 años, denunciaron durante su encarcelamiento un empeoramiento de la salud del ex contratista, quien perdió al menos 100 libras de peso y al momento de su liberación estaba visiblemente enfermo.
Gross ha dicho sentirse optimista con el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, incluso se ha visto como catalizador involuntario de los acontecimientos.
En la entrevista en su casa de Washington con AP, Gross dijo que quiere ver que las relaciones entre los dos países tengan éxito y aludió a los cubanos.
“No tengo absolutamente ninguna amargura hacia el pueblo de Cuba, todo lo contrario; siento como si fueran mi familia”, dijo, pero aclaro sin dar detalles que no tiene la misma afición por algunas personas del Gobierno de la isla.
“Sé que soy un hombre con suerte”, dijo Gross.
El ex contratista dijo que no ha salido completamente de Cuba y hasta guarda una barra de jabón que le regaló un compañero de celda.
Dijo incluso que sigue en contacto con personas que conoció en el hospital militar donde purgó casi toda su condena.