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En la cuerda floja de la crisis

Trabajador por Cuentapropia en Cuba
Trabajador por Cuentapropia en Cuba / Foto: Referencia
Trabajador por cuenta propia (foto de archivo)

Trabajador por cuenta propia (foto de archivo)

LA HABANA, Cuba.- El triunfo de la oposición venezolana en los comicios parlamentarios del pasado 6 de diciembre coloca la crisis economica en la isla aun mas en la cuerda floja .

Es probable que las exportaciones de combustible venezolano, mediante créditos a largo plazo a los países miembros del ALBA, sean rebajadas a partir de la nueva correlación de fuerzas políticas en la Asamblea Nacional venezolana. Cuba es pieza clave en la refinación y reexportación de petróleo que destina Caracas al área de Centroamérica y el Caribe. Y de esto depende buena parte de la economía en la Mayor de las Antillas.

De tener lugar esa reducción, es previsible primeramente una contracción en la capacidad de compra e importación de alimentos desde la isla. El bajo precio del petróleo en el mercado internacional ya ha deprimido esa entrada. Basta con observar el desabastecimiento creciente de productos en la red de tiendas que operan en ambas monedas –el peso “cubano” y el convertible– en todo el país.

Los largos cortes en el fluido eléctrico durante el “Período Especial” todavía son recordados en la isla. La pesadilla pudiera retornar durante el próximo año. Pero el régimen, lejos de poner punto final a las restricciones para que los cubanos de a pie prosperen, refuerza las trabas y la represión contra del sector privado.

Las primeras víctimas de la crisis que comienza  

Pide ser nombrado Ricardo. Desde hace algo más de un año se ganaba la vida como conductor de bicitaxis. Sin embargo a finales de noviembre fue despojado del suyo.

“Según la policía, tienen órdenes de sacar del perímetro de Centro Habana a todos los ‘bicitaxeros’ que no tengan residencia legal en esa zona. Eso no lo entiendo”, explica Ricardo. Mi licencia no dice por ningún lado que yo no puedo circular en determinada área.

A partir del avance en las obras de reconstrucción del Capitolio Nacional y el Gran Teatro de La Habana, se prohibió a los transportistas del sector privado estacionarse y recoger clientes en el perímetro de estas dos instalaciones.

Además, desde hace varios meses los operativos policiales contra los dueños y conductores de bicitaxis son una constante en esa área y en otros municipios céntricos de la capital cubana.

Ricardo fue uno de los tantos cubanos que vio con esperanza la apertura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Hoy, viendo su situación y la de otros como él, su percepción no es la misma: “Tener licencia no te garantiza ningún derecho. Este gobierno le tiene terror a que hagas dinero y seas independiente. Eso la política americana no lo va a cambiar, por mucha apertura que haya”, opina.

La policía de Centro Habana no ha devuelto los medios de transporte incautados. Ricardo ya perdió la expectativa de recuperar su bicitaxi.

“El problema no lo tenemos solos nosotros los bicitaxis. También están actuando en contra de las cafeterías particulares. Los están atosigando con lo de la documentación para la procedencia de las materias primas de los productos que venden. Aquí esta gente (el gobierno) no quiere que la gente prospere”, concluye.

La Ley 300, en un callejón sin salida

Con el olfato puesto en la crisis que se avecina, los dirigentes cubanos tienen en la mira, como primer objetivo, al sector agrario.

La Ley 300 para la adjudicación en usufructo de tierras ociosas, está en la picota. Según fue anunciado en los medios oficiales, luego de siete años de su puesta en vigor, “los resultados productivos no han sido los esperados”.

Ahora los campesinos, que apostaron su trabajo a las promesas aperturistas del régimen, corren peligro de perder todo lo logrado. Quizá tengan que integrarse, nuevamente, a sistemas centralizados de producción y distribución.

En situaciones por amenaza de crisis, los gobernantes cubanos acuden a la aglutinación y ahogan todo vestigio de independencia económica. Lo hicieron en 1963, cuando impusieron la Segunda Ley de Reforma Agraria como un modo de agrupar, al estilo de los soviets, la producción agraria. También perseguían cortar el colaboracionismo campesino, en las zonas donde operaban alzados en contra del gobierno de Fidel Castro.

Repitieron el método en 1985 y 1990, ordenando redadas contra el “enriquecimiento ilícito”. Llamaron a estas misiones “Pitirre en el alambre” y “Plan Maceta”. Luego pusieron en marcha el fracaso denominado Plan Alimentario. Tras las secuelas del explosivo verano de 1994, reabrieron los mercados de oferta y demanda en el sector agrario, cerrados desde 1985.

La condonación de la deuda externa que el gobierno cubano alcanzó con los principales acreedores, a la sombra de la normalización de relaciones con Estados Unidos, prepara el terreno para el inminente acuerdo económico con la Unión Europea (UE). La Posición Común de la UE,  y sus exigencias de cambios políticos y respeto a los Derechos Humanos, hacen mutis.

El régimen cierra el puño y lo coloca, como espada de Damocles, sobre el calamitoso sector económico autónomo. Goza de total impunidad  para hacerlo.

Written by CubaNet

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