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¡Adiós España!


Las elecciones en España han dejado sin la mayoría al PP, lo que ha colocado a Mariano Rajoy en la frágil posición de tener que negociar con los otros partidos, facciosos más que facciones, para poder volver a formar gobierno. Lo doloroso no es que el PP no haya alcanzado la mayoría, en definitiva no soy un partidario apasionado de Rajoy, pero frente a lo que se ha convertido la España del otro lado, lo que traería el partido de Rajoy sería un salvavidas para esa sociedad.

En cambio, los españoles votaron por la fragmentación. Pero eso tampoco me causa ningún dolor, ni desconcierto, ni el más mínimo asombro. Se veía venir.
Lo verdaderamente vergonzoso es que el PSOE, que es la segunda agrupación con más asientos en el Parlamento, se niega a hacer a Rajoy Primer Ministro… secundando a «Podemos».
¡Qué pendejos se han convertido los españoles!
Así, ¡prefieren hundir a España republicana para construir la España chavista!
¿Y hablan de Franco? ¿Y hablan de la dictadura después de aquella «republiquita» donde fusilaba, en la misma Cataluña que reportaba George Orwell, «la doña» comunista «pasionaria»?
¿Es que ya han perdido la memoria?
Prepárense a sufrir a Venezuela, ¡perdón!, al degeneradito de la colita.
Prepárense a sufrir las políticas irresponsables de esos que creen en el «socialismo del siglo xxi», y lo pongo en minúsculas, porque es lo que se merece.
Pudiera decir mucho más. Pudiera argumentar en miles de palabras, y argumentos, y principios. Pero ahí tienen el brazo largo del  «colita de caballo» en Venezuela. Aprendan a conocer lo que allá ocurre, porque les sucederá, más temprano que tarde.
Entonces la realidad fascinerosa del «socialismo» les amanecerá algún día, casi sin enterarse, y también el producto de desecho que sale por debajo de esa colita en el caballo. Para cuando lo tengan sentado en el trono de poder ya será tarde, ya la gran cagada estará hecha y el arrepentimiento se convertirá en políticas de coerción sobre los arrepentidos.
De nada valdrán entonces elecciones, parlamentos y primeros «ciudadanos», «podemos», «socialismos» y «popularismos». Todo será entonces una sola cosa. ¿Adivinan cuál?
La historia debería haberles enseñado que convivir con «el de la colita» es apostar también por el excremento de esa colita que, en buen lenguaje social, se traduce como la ruina de España… para un buen largo rato.
Y así los dejo.
¡Adiós España!

Nota: Esta es Malpica, La Coruña, España. Pequeño peñón de mis antepasados. Yo soy de alli, aunque no he nacido entre esas piedras. Estoy allí, o habré estado en un tiempo indeterminado de la vida.

Written by jmartin

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