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Esperan el año nuevo entre el miedo y la alegría

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Policías cubanos en la ciudad de Bayamo, Granma (foto tomada de Internet)

GRANMA, Cuba.- Un nuevo llamamiento al orden durante las actividades de fin de año se suma a las comunes peticiones de la policía que se han venido realizando en cada actividad recreativa llevada a cabo en los últimos tiempos. A pesar de las medidas de control y sanciones impuestas, los actos de violencia siguen multiplicándose.

“Se recuerda la prohibición de portar armas de fuego, blancas u objetos punzantes, así como no hacer disparos al aire con armas de fuego, como muestras de júbilo, ni portarlas en áreas festivas”, reza la nota publicada el 25 de diciembre, en los medios oficialistas, a solicitud de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria.

La nota, similar a las anteriores, exhorta además a mantener la disciplina y el orden público, y a no ingerir bebidas alcohólicas mientras se conducen vehículos motorizados.

En contraposición, las acciones vandálicas asociadas a estas actividades se incrementan. De poco han servido los detectores de metales, las medidas preventivas adoptadas, y multas de hasta siete mil pesos que son burladas e ignoradas por los malhechores. La mayor parte de los hechos violentos se cree son realizados por jóvenes de entre 15 y 25 años.

La sensación de muchas personas adultas es de temor por participar en las festividades realizadas en lugares públicos, donde nada garantiza la protección personal. “Yo voy, pero me mantengo lejos del tumulto”, “que va, eso es buscarse problemas por gusto”, “para evitar líos, es mejor quedarse en casa o ir a un cabaret”, “la calle esta en candela y los problemas en cualquier esquina”, “ahora en las fiestas es más fácil buscarse un problema, que divertirse”, destacan algunos entrevistados.

Rafael Santos opina: “Las prisiones dan muchos beneficios a los presos y no tienen el debido rigor, los presos salen hasta graduados de carreras que no se ofertan en las escuelas. Salen más saludables e instruidos que cuando entraron, ahora es como pasar una beca, por eso ya nadie teme caer preso y le da lo mismo robarse una bicicleta, que matar al dueño si se resiste”.

“Lo mismo hay asaltos, robo de bicicletas, móviles, carteras y prendas. Los muchachos andan armados con punzones y cuchillos, por cualquier motivo te agreden y las broncas se resuelven a machetazos o a pedradas. Con suerte llegas vivo al hospital”, se lamenta.

“La mayoría de las veces no se conocen a los agresores y por lo general se escapan de la justicia (…) por eso yo siempre salgo ‘ensillao’ (armado) con esto”, dijo un joven de apenas 20 años que se negó a ser identificado, mientras mostraba un puñal casero de doble filo, hecho de una lima y cuya hoja sobrepasa los veinte centímetros.

Escenas comunes a la salida de las escuelas (foto del autor)

Escenas comunes a la salida de las escuelas (foto del autor)

Por su parte, la bayamesa Midelmis Naranjo Alvarado cuenta que a su hija la apuñalaron hace poco en la cervecera. “A un vecinito de 14 años lo machetearon en una fiesta de quince hace menos de un mes y le desfiguraron el rostro, otra vecina fue apuñalada por el marido y hace poco mataron una muchacha de aquí cerquita (…) ¿Tú crees que así a uno le den ganas de participar en las actividades o salir a la calle?”, pregunta.

Varias escuelas han tenido que tomar medidas ante este tipo de manifestaciones violentas. Muchos jóvenes se agrupan hasta altas horas de la noche en las esquinas. Los comentarios de quienes pasan por su lado, sobre lo que escuchan al pasar, son alarmantes y varían desde la pérdida de valores hasta el temor de ser asaltados en la próxima.

Palomino, un trabajador del Hospital Carlos Manuel de Céspedes, refiere: “Durante los días festivos esto (el hospital) es un corre corre, pero por las noches es cuando más llegan. A cada rato traen uno o varios heridos de urgencia, no terminan de desinfestar y coser a uno y ya tienen otro esperando, a esa hora ocurren la mayoría de los hechos violentos. Menos mal que están ampliando el Cuerpo de Guardia, porque a veces había que atenderlos en los pasillos (…) La prensa solo publica las medidas y sanciones que se tomarán, pero no publica la cifra y naturaleza de los hechos violentos que ocurren”.

La violencia y pérdida de valores en la juventud ganan terreno ante la legalidad y las adecuadas normas de convivencia, dejando secuelas y traumas a las víctimas e impunidad o pérdida de libertad a los victimarios. Mientras tanto, la sociedad se debate entre el miedo y la alegría ante cada festividad.

Written by CubaNet

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