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¿Quién traicionó la Revolución cubana? El día que Menoyo le dijo NO a Raúl Castro

Fidel Castro, Raúl Castro, Raúl Roa, Osvaldo Dorticós Torrado , Ernesto "Ché" Guevara ,Augusto Martínez Sánchez, Antonio Nuñez Jiménez, William Morgan y Eloy Gutierrez Menoyo, al frente de una manifestación con motivo de la explosión del barco La Coubre en el puerto de La Habana en 1960.
Fidel Castro, Raúl Castro, Raúl Roa, Osvaldo Dorticós Torrado , Ernesto "Ché" Guevara ,Augusto Martínez Sánchez, Antonio Nuñez Jiménez, William Morgan y Eloy Gutierrez Menoyo, al frente de una manifestación con motivo de la explosión del barco La Coubre en el puerto de La Habana en 1960.
Fidel Castro, Raúl Castro, Raúl Roa, Osvaldo Dorticós Torrado , Ernesto "Ché" Guevara ,Augusto Martínez Sánchez, Antonio Nuñez Jiménez, William Morgan y Eloy Gutierrez Menoyo, al frente de una manifestación con motivo de la explosión del barco La Coubre en el puerto de La Habana en 1960.
Fidel Castro, Raúl Castro, Raúl Roa, Osvaldo Dorticós Torrado , Ernesto “Ché” Guevara ,Augusto Martínez Sánchez, Antonio Nuñez Jiménez, William Morgan y Eloy Gutierrez Menoyo, al frente de una manifestación con motivo de la explosión del barco La Coubre en el puerto de La Habana en 1960..

En mi último viaje a Miami, mientras me encontraba compartiendo una excelente cena cubanísima en casa de mi viejo amigo de infancia Miguel García Delgado (Miguelito Camajuaní), tuve la oportunidad de conversar con un compañero de lucha guerrillera en El Escambray de Miguelito, nada menos que con Roger Redondo González. Éste último había llegado el día anterior desde Costa Rica, país en el que reside.

Después de la cena, nos sentamos en la terraza en cómodos sillones y, cuando me percaté del giro que daba la conversación sobre las relaciones entre Eloy Gutiérrez Menoyo y Raúl Castro, pedí la autorización para tomar apuntes con vistas a publicarlos en un futuro. Tanto Roger como Miguel estuvieron de acuerdo y sólo hoy he encontrado el tiempo necesario para escribir esta crónica.

En una noche de 1960, Eloy G. Menoyo y Roger Redondo, se encontraban en el Club El Colmao, situado en Aramburu y San José en Centro Habana. Como eran casi las dos de la madrugada, Roger dijo:

-Oye Eloy, si no me marcho, me va a costar el divorcio.

-De todas forma ya nos cogió tarde, vamos a pasar por el restaurante Pekín a comer algo- le respondió.

Roger Redondo- “Llegamos al Pekín, de 12 y 23 en El Vedado, casi junto con el comandante Augusto Martínez Sánchez, quien al vernos gritó: oye, Menoyo, hasta ahora mismo estuvimos reunidos todo el gobierno con Fidel, para hablar del caso tuyo y mañana te van a llamar. Espera un momento, Raúl no ha llegado a su casa todavía-. Augusto tomó el micrófono de su jeep y llamó a Raúl Castro. La voz de Raúl, se escuchaba con bastante claridad. Sí, dile a Menoyo que me espere, que estaré allí en 10 minutos.

A los pocos minutos llego Raúl acompañado de 3 ó 4 carros llenos de escoltas con armas largas. Éstos tomaron inmediatamente la cocina y se situaron en las puertas, entradas y salidas del restaurante. Yo me fui a separar de Eloy para que ellos hablaran solos, pero Eloy le dijo a Raúl: yo quiero que Roger escuche esta conversación. Nos sentamos los cuatro en una mesa pequeña. Yo me coloqué en una silla al lado de Eloy mientras que el Comandante Martínez Sánchez, se sentó al lado de Raúl.

No era el mejor momento ni el lugar adecuado para tratar un asunto de gran envergadura. Eran más de las tres de la madrugada, estábamos cansados y habíamos tomado unas copas de vino, obviamente, no estábamos ebrios ni mucho menos. De modo, que a pesar del cansancio y la falta de sueño, Raúl empezó rápido la conversación:

Menoyo… tenemos que radicalizar la revolución, no podemos hacer la revolución democrática, que tú y yo queremos porque los americanos no lo permitirán. La prueba es que contra Guatemala, organizaron una invasión, con el pretexto que en ese gobierno figuraba un ministro comunista, mientras en Francia hay cinco ministros de izquierda. ¡Allá sí pero en nuestra América no!

Eloy no contestaba nada, pero por la expresión de su rostro se notaba que no le gustaba aquella argumentación que negaba de plano la democracia. Raúl agregó:

-Hemos decidido formar un organismo unido, con el 26 de Julio, el Segundo Frente del Escambray, el Directorio Revolucionario, y el P.S.P. A los auténticos no lo vamos a invitar porque sabemos que no son verdaderos revolucionarios.

Fue en ese momento cuando por primera vez Eloy habló:

¿Qué le vamos a decir a los hombres que murieron en la lucha? ¡Ellos murieron pensando que la Revolución era para restablecer la Constitución del cuarenta y celebrar elecciones en 18 meses!

Entonces, Raúl con mucha calma, en distintas formas, trataba de convencer a Eloy sobre las razones que según él había para formar un solo partido. Pero Menoyo se mantenía en sus trece, inflexible.

Por fin Eloy ya más calmado, dijo:

-Yo no voy a ingresar en un solo partido, pero estoy convencido que el pueblo cubano en estos momentos apoya cualquier cosa que ustedes quieran. Mañana reuniremos al Ejecutivo del Segundo Frente. Quiero decir que desde ahora, mi propuesta es que yo sugiero que el Segundo Frente del Escambray se disuelva y que cada militante decida de manera personal si acepta un solo partido o la democracia por la que hemos luchado.

Al día siguiente Menoyo se reunió con los dirigentes del Segundo Frente del Escambray y explicó lo dicho por Raúl Castro y su proposición de disolver el Segundo Frente. Los reunidos aceptaron la propuesta, al igual que había pasado en el mes de febrero de 1959, cuando el Segundo Frente del Escambray entregó sus armas en la ciudad de Cienfuegos.

El Dr. Armando Fleites, escribió la nota de prensa para todas las emisoras de radio y la prensa escrita, en la que se anunció la disolución del Segundo Frente”.

Nota: Los Cuatro hombres que se sentaron aquella noche de 1960 en el restaurante Pekín y que por lo tanto son testigos de aquel hecho histórico, están vivos. Eloy Gutiérrez Menoyo vive en la Lisa, un barrio obrero de La Habana. Augusto Martínez Sánchez y Raúl Castro viven también en la capital de Cuba, mientras que Roger Redondo reside en Costa Rica.

¿Quién me iba a decir que más de medio siglo después, yo escribiría desde París sobre un suceso histórico ocurrido en una noche habanera a partir del Club El Colmao, que se encontraba en la acera de enfrente a nuestro humilde apartamento habanero?

Un gran abrazo desde estas lejanas tierras del Viejo Mundo,

Félix José Hernández.

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