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Cuba inicia un año aún más difícil

(Foto tomada de internet)

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LA HABANA, Cuba.- Los discursos de Raúl Castro en las dos sesiones anuales de la Asamblea del Poder Popular pasaron del esplendor a la borrasca en el lapso de seis meses. El 15 de julio, el general evidenciaba satisfacción y optimismo tanto por “haber podido revertir la tendencia a la desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)” con un 4.7% de incremento en el primer semestre del año, como por sus logros en política exterior, especialmente el acercamiento con Estados Unidos, su participación por primera vez en una Cumbre de las Américas, el encuentro con el presidente Barack Obama, y las expectativas de grandes inversiones extranjeras.

El 29 de diciembre de 2015, aunque aseveró que “se está terminando un año de intenso trabajo y resultados positivos” con un 4% de crecimiento del PIB, reconocía “las afectaciones en las relaciones mutuamente ventajosas existentes con varios países, en particular con Venezuela”,  y preveía que “ante este escenario no cabe, como siempre nos ha enseñado Fidel, el más mínimo derrotismo, todo lo contrario”.  En ese contexto expresó apoyo a Dilma Roussef, de Brasil, quien por la situación política y económica ha debido revisar los negocios con La Habana, particularmente los servicios médicos, que forman parte de la primera fuente de divisas de Cuba. El Plan de la economía para 2016 prevé un 2% de crecimiento del PIB, en su novena versión y final, según expresó el vicepresidente Marino Murillo.

Como resultado de las elecciones parlamentarias venezolanas del 6 de diciembre la oposición alcanzó la mayoría, para el 5 de enero de 2016 nombrar al presidente de la Asamblea, sustituyendo a Diosdado Cabello, segundo hombre del chavismo, e iniciar la batalla para amnistiar a los opositores encarcelados, eliminar o modificar leyes, decretos, y compromisos internacionales, convocar un referendo revocatorio del Presidente Nicolás Maduro cuando cumpla la mitad de su mandato, y revisar los programas populistas denominados “misiones”. Los acuerdos con el gobierno cubano de entrega de petróleo en condiciones preferenciales de pago, las inversiones, los colaboradores, los asesores desde la agricultura hasta la seguridad y las fuerzas armadas, así como los mecanismos del ALBA-TCP, Petrocaribe y otros, podrían estar entre los asuntos revisados a corto plazo.

Raúl Castro llamó a potenciar al máximo las “reservas de eficiencia”, pero los resultados obtenidos en las distintas esferas productivas demuestran su inexistencia. Durante 2015, a pesar de la escasa información ofrecida en los medios, los reportajes sobre la paralización durante meses de la producción en las industrias cosmética y farmacéutica, entre otras, los preparativos para el inicio de la zafra de 2016 y la disminución en el arroz, así como las intervenciones de delgados de base en las reuniones de la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP), el Poder Popular, otras organizaciones, y fundamentalmente en las asambleas de los comités municipales y provinciales del Partido Comunista (PCC), han mostrado la imposibilidad de lograr que los campesinos y trabajadores produzcan más y mejor.

Continúan las ataduras de los planes del  Estado, los bajos salarios, la obsolescencia de los equipos, la carencia de instrumentos y transporte, la demora de la materia prima, fertilizantes y otros insumos, el incumplimiento de los contratos, la contabilidad no confiable, el descontrol de los recursos, el burocratismo, la resistencia a cambios por parte de dirigentes a todos los niveles, temerosos de perder sus prerrogativas, y la corrupción.

El sistema de planificación y control estatal, probadamente ineficiente durante decenios, frena la iniciativa, la creatividad y la laboriosidad. El presidente dijo que se tratará de solucionar con medidas severas los altos precios de los productos agrícolas, fundamentalmente contra los intermediarios. Si los productores tuvieran libertad de decisión en sus siembras, contratos y acceso al mercado agropecuario, aumentaría la oferta y la competencia con repercusión en los precios, que tanto afecta a la mayoría de la población con poder adquisitivo muy bajo.

El general-presidente informó que el Pleno del Comité Central del PCC, efectuado el 26 de diciembre, analizó la situación económica, la propuesta de “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista”, y el informe sobre el cumplimiento de los objetivos aprobados por la Primera Conferencia Nacional del Partido aprobados en enero de 2012, como parte de la preparación del VII Congreso, en abril de 2016.

En julio, el vicepresidente Murillo había anunciado que no se rendiría información sobre el cumplimiento de los Lineamientos para la Actualización del Modelo Económico porque se preparaba el informe para el Congreso. Solamente queda a los dirigentes, que marchan sin prisa, tres meses para adecuar esos documentos a los sucesos que se desarrollan a velocidad vertiginosa.

Cuba parece abocada al recrudecimiento del Período Especial, con las calamidades de la década de 1990, que las autoridades podrían enfrentar con inmovilismo y fuerte represión a la población o con los cambios liberalizadores de las fuerzas productivas y la participación ciudadana, y la cooperación internacional. Los dirigentes confirmados o ascendidos al Buró Político, el Secretariado y el Comité Central por el VII Congreso del PCC en abril de 2016, y los Consejos de Estado y de Ministros aprobados por la Asamblea Nacional en febrero de 2018, tendrán la responsabilidad de decidir si Cuba y todos los cubanos caemos al precipicio o comenzamos la reconstrucción y el progreso.

Written by CubaNet

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